Unas manos tomaron mi cuerpo y comenzaron a sacudirlo, también a pellizcarlo.
¡Arriba dormilona! – gritó Liz, que intentaba despertarme –
¡Qué amable forma de despertarme Liz! Eres toda una dulzura – le dije irónicamente –
Oh, gracias. Me alagas. – Dijo Elizabeth sonriendo – Ah, sí, hay alguien esperando por ti en la cocina. – Y se fue antes de que pudiera preguntarle quién –
A un paso lento, casi como si estuviera muerta, caminé hasta la cocina. Me senté y dejé caer mi cabeza en la mesa, vaya si estaba cansada – ¿Quién estaba esperando por mí, Liz? Dile que se vaya, tengo sueño –
Oh, entonces si quieres me voy – escuché un a voz masculina detrás de mí. Inmediatamente me di vuelta y al verlo ahí parado sonreí –
Judd– sonreí – ¡Qué grata sorpresa! –
Sí bueno, yo también estoy sorprendido por tu remera de los Power Rangers – Observé que remera llevaba puesta y sí, definitivamente estaba usando mi remera de los Power Rangers. –
¡Bueno! Es solo mi pijama – me excusé. A los dos segundos pude sentir el rubor subiendo por mis mejillas –
No interesa, te queda linda. – Se acercó a saludarme, cosa que no había hecho. Se acercó a mi boca, miró a Liz que nos estaba observando atenta y me dio el beso en la mejilla –
¿Y bien, que haces aquí? – dije comiendo una tostada. – En serio no me esperaba verte en mi cocina –
Simplemente quiero que salgamos, es eso. Te extraño. – dibujó una sonrisa de lado. Mi corazón comenzó acelerarse. –
Oh – pasé mi mano por mi nuca, avergonzada – Eres adorable. Yo también te extrañé. –
Terminé de comer mi tostada y me dirigí al baño. Le dije a Harry que me esperara así saldríamos.
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Abre la boca – me dijo, y tiró un pochoclo en mi cavidad bucal –
Ahora yo – le sonreí, y el abrió su boca lo más grande posible –
Estábamos sentados bajo un árbol, que nos propinaba sombra, y continuábamos dándonos de comer palomitas de maíz cuando el celular de Harry vibró en su pantalón.
Es Danny – me dijo, y yo emití un sonido de asco – atenderé – sacó el celular y la voz de Danny se escuchó del otro lado - ¿Sí? Tienes que venir ¿piensas estar con Camila todo el día? ¿Cómo sabes que estoy con Camila? No sé, lo supuse. De todos modos si estoy con ella – Harry dejó escapar una sonrisita de idiota, del otro lado solo hubo silencio – Excelente, de todos modos tienes que venir, ¿no recuerdas que tocamos hoy? Oh, lo había olvidado. Voy en camino, dile a los chicos.
Emprendimos un viaje silencioso, supongo que Danny había quitado mis ganas de hablar. Me preguntaba si Daniel siempre iba a interferir con mi vida. Por momentos, cuando lo recordaba, se me ponía la piel de gallina y sentía que lo extrañaba, pero siempre tiene que abrir la boca y arruinarlo.
Hola, sí. Mundo llamando a Camila, estamos aquí – Harry chasqueó los dedos frente a mí –
Lo siento – respondí – estaba… pensando.
Estuvimos algunas horas allí, ellos ensayando, o hablando de otras cosas, y yo mirando a un punto fijo en la pared. Compartí una breve charla con Giovanna, la prometida de Tom, y luego otra vez la mirada fija en un inexistente punto que capturaba toda mi atención, como si en él pudiera hallar una solución a mis problemas, mejor dicho, a mi problema, que tenía nombre y apellido.
Luego de media hora, los chicos nos avisaron que por fin saldrían a escena. Harry me dijo que Liz estaba afuera, él la había llamado.
Ella me dijo que quería verlos – le comenté –
Sí, por eso le avisé, además parecías bastante aburrida hoy – torció su boca –
No, para nada – mentí. Dougie apareció y le hizo una seña a Harry para que vaya. –
Ven, vamos –
Me llevó al costado del escenario, desde donde podía verlo todo. Giovanna hablaba ahora animadamente con una rubia que se me hacía familiar.
Suerte – le dije a Harry, y le di un beso en la boca. Nos separamos con un pequeño ruidito, él soltó una pequeña carcajada. Danny pasó al lado nuestro y le hizo un movimiento con la cabeza como para que fuera –
Una canción llamada All About You comenzó a sonar. Gio y yo aplaudíamos. Me contó que la canción era para ella y cuando iba a responderle alguien me dijo:
Tú – la rubia que me sonaba familiar abrió la boca – ¿Qué haces aquí?
¿Perdón, tú eres? – me di vuelta. Mis cejas se levantaron y mi corazón comenzó a latir rápidamente – Georgia.
¿Qué haces aquí? ¿Has venido a robarme a Danny? ¿Has venido por venganza acaso? – preguntó –
¿Venganza? ¿Acaso piensas que estas en una novela mexicana? Danny no me interesa, tú no me interesas. No me interesas – remarqué eso último –
¿Entonces qué haces mandándole mensajes a MI NOVIO? – respondió mostrándome su teléfono, en realidad arrojándomelo –
Pregúntale a él por qué pide mi celular a otras personas. – sonreí con aires de grandeza y ella entrecerró los ojos –
Suficiente – me dijo y tomó un mechón de cabello y lo tiró. –
No sé cómo, realmente, solo sé que ambas terminamos en el suelo tirándonos de los pelos. En realidad, ella me tiraba de los pelos, yo intentaba golpearla.
Los chicos dejaron de tocar al darse cuenta de lo que ocurría, y vinieron a separarnos.
¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ? – gritó Harry. Su mirada se dirigió hacia mí, pero mis ojos solo la miraban a ella –
¡ERAS MI AMIGA! – le grité – PENSÉ QUE NO ERAS CAPAZ DE HACER LO QUE HICISTE, PERO SIN EMBARGO MIRATE AHORA, PRETENDIENDO SER LA SRTA. JONES. TE ADVIERTO, GEORGIA, QUE LUEGO DE UN TIEMPO SE VA A CANSAR DE TI, TANTO COMO DE MÍ – Georgia se revolvía en los brazos de Danny que la sostenía para que no se abalance sobre mí. Las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos – Y tú Jones, siempre cambiando. Al parecer, no cambias más – me largué a correr. Harry miró a todos, frunció el ceño y salió a seguirme. –