31 de julio de 2011

Capítulo 16

Por favor, al leer poner a cargar este video y cuando vea la señal (♥) dar play.
Toqué el timbre de la casa y esperé a que me abrieran. Pude oír unos pasos que se acercaban y luego vi la manija girar.
 Ho… ¿Camila? – dijo Danny sorprendido por mi visita. –
Sí. Hola. – respondí bastante seria. - ¿Vas a hacerme pasar o me vas a dejar aquí afuera para que muera de frío? – le pregunté. Vaya que me alteraba con su presencia –
Em… no. Lo siento, pasa – me dijo.  Ingresé al hogar y comencé a observar. Varias cosas habían cambiado desde la última vez que había entrado –
Y… ¿qué te trae por aquí? – me preguntó. No tenía ganas de hablarle, pensé que lo había notado, pero insistente como siempre intentaba conseguir alguna respuesta  –
Harryme invitó. Me dijo que iban a ensayar y quise venir. Pensé que ya iban a estar aquí cuando llegara, pero por lo que veo, la puntualidad no es su fuerte.  – comenté –
No, no lo es – rió – De todos modos no nos hace mal estar solos, necesitamos hablar de… algunas cosas – dijo esa última frase mientras se acercaba hacia mí. Tragué saliva. Estaba nerviosa –
No hay razones para ponerte tensa, Camila, ya nos conocemos bien… muy bien, como para ponernos nerviosos ¿no crees? – “nos conocemos bien… muy bien” Arrggg, lo odiaba. Ahora me producía asco el sonido de su voz – Solo quiero que me digas una cosa. ¿Lo quieres? –
¿A quién? – pregunté. Estaba preguntando una idiotez, ciertamente, pero era solo por el hecho de que quería alargar el tiempo, no quería que ese momento llegara, no quería escuchar la pregunta que iba a hacer –
A Harry, tontuela – “tontuela” mi boca se torció en una sonrisa ni bien terminó de decir esa palabra, a los dos segundos la sonrisa de desvaneció – ¿Te acuerdas, no? ¿Recuerdas cuando te llamaba así? – colocó su mano en mi hombro y la deslizó suavemente hasta mi cuello, haciendo caricias y cosquillas por el lugar. –
Danny – mi boca se abría por primera vez después de su monólogo – ya basta.
¿Basta? ¿Basta por qué? Sabes que me quieres, Camila. ¿Por qué resistirse? - ¿Por qué resistirse? Todavía tenía la cara de preguntar por qué resistirse. – (♥)
¡Aléjate! – lo aparté de mí bruscamente - ¿No te parece suficiente lo que me has hecho? ¿No te parece suficiente lo que lloré, como para volver a llorarlo? ¡SI HUBIERA SABIDO QUE INVOLUCRARME CON HARRY ME HARÍA VERTE OTRA VEZ ME HUBIERA MUDADO DEL EDIFICIO AL DÍA SIGUIENTE! – Tomé mi cartera y a paso rápido me dirigí hacia la puerta –
¡No vas a irte, no antes de responder mi pregunta! ¿Lo quieres? – repitió – ¿Lo quieres?
Si tanto te importa saber de mí, sí. Lo quiero más de lo que tú piensas porque no creo que vaya a hacer lo que tú me hiciste a mí y a mi vida – le grité – Quiero que te quede una cosa en claro, Jones. No quiero que tus asquerosas manos me toquen una vez más. Aléjate de mí lo más posible y sólo dirígeme la palabra cuando los chicos estén presentes porque no te voy a permitir que arruines mi vida otra vez – terminé esta frase a centímetros de su cara. Con un movimiento brusco me tomó de la cintura y me besó. Mi mano fue a parar directo a su cara - ¿No vas a dejar de molestarme nunca no?
No, porque me encanta cuando te enojas – pronunció y en su cara se curvó una sonrisa – sin contar que extrañaba mucho esos labios. –  Inmediatamente me largué a llorar y corrí de la casa de Danny –
Corrí rápidamente hasta que mis zapatos comenzaron a molestarme, me los saque y comencé a caminar descalza. Una tormenta se desató sobre mi cabeza. Y ahí estaba yo, descalza, con los pies embarrados siendo observada por Harry que estaba por llegar a la casa del individuo. Me miró y se acercó rápido hacia mí.
¿Camila, que te pasa? ¿Camila? – me largué a llorar sobre su hombro. –
¿Te quiero sí? No importa lo que otros vayan a decirte, simplemente te quiero. –
¿Pero Camila, qué pasó? – yo lloriqueaba sin contestarle – Camila, para poder ayudarte tengo que saber qué pasa, necesito saberlo. –
Nada, no pasa nada. Nada, no intentes preguntar de nuevo porque no voy a decirte, solo necesito que me abraces y me lleves a casa. – le respondí. Realmente no iba a decirle que había pasado –
______
¿Estas mejor ahora? – me preguntó sentado junto a mí en mi cama. Yo me acurruqué en su pecho y él comenzó a hacerme caricias en el pelo –
Sí. Simplemente… no preguntes que fue lo que pasó.  Prométeme que no intentaras saberlo.  – me separé de él y lo miré a los ojos. Podía verme reflejada en ellos –
Promesa – me dijo y me ofreció su dedo meñique como para sellar el pacto –

30 de julio de 2011

Capítulo 15

Comencé a inspeccionar mi armario… ¿Jeans y remera? ¿Una pollera con calzas? ¿Un vestido? ¿Qué tal una bolsa en la cabeza? Iba a conocer a sus amigos, era importante.  
-          ¿Qué tal si no les caigo bien, Liz? – Elizabeth estaba conmigo, ayudándome a encontrar la ropa adecuada. La pobre ya debía tener el cerebro calcinado por todas las cosas que le estaba diciendo. Prácticamente casi ni respiraba al hablar –
-          Todo va a estar bien Cami. ¿Por qué crees que algo debería salir mal? Siempre tú y tu pesimismo. 
-          Es que… es que… es que… Imagina lo horrible que sería hacer el ridículo frente a alguno de ellos. – dije con espanto. Liz me miraba consternada –
-          Lo sé, me ha pasado varias veces. Sabes lo torpe que soy cuando estoy frente al chico que me gusta, pero sin embargo nadie ha cortado conmigo por eso, tienes que confiar. – sentenció, y con sus expresiones le dio fin a la conversación –
Las ocho en punto fueron marcadas en el reloj. Mi estómago comenzó a dar vueltas y vueltas. Había elegido una vestimenta normal. Tenía un pantalón negro de jean, y una remera gris con una estampa bonita. Mis borcegos, infaltables.  El timbre sonó y mi corazón comenzó  a acelerarse.
-          Liz, ve a abrir. – exclamé mientras me miraba al espejo. –
-          Estas hermosa ¿Por qué no le abres tú? –
-          Elizabeth, no molestes y ve a abrir. –
Los pasos de Liz en la escalera eran lo único que se escuchaba en la casa, eso y mis latidos, porque apuesto a que se podían oír hasta en la distancia. Entró a mi cuarto luego de unos minutos con una sonrisa en la casa, me guiñó el ojo y me señaló la puerta.
-          ¿Está ahí? – le pregunté, con horror. –
-          Aham – respondió. – Suerte – sus palabras no me hacían sentir más confiada, lo aseguro. Abrí la puerta y la figura que antes estaba sentada en una silla, se levantó. –
-          Wow. – fue lo primero que escuché decir cuando entré.  – Estas muy… linda. – dijo tímidamente,  yo por mi parte me puse más roja que un tomate. –
-          Bien, ¿Qué tal si nos vamos ya? – preguntó ansioso –
-          Ok, salgamos.
El camino fue algo silencioso, ninguno de los dos decía mucho. De todos modos no era incómodo, creo que nuestros ojos hablaban por nosotros mismos.
Llegamos al lugar, era lindo, como para unas 300 personas. Harry me llevó por un pasillo hasta que frenamos en una puerta y mi cara cambió radicalmente. Él lo notó.
-          ¿Pasa algo? – preguntó. Yo, casi ni podía responderle –
-          Nada… solamente estoy algo nerviosa, esto de conocer a tus amigos me hace sentir bajo presión – contesté –
-          Vamos, todo estará bien ¿Si? – le dio un empujoncito a la puerta y la abrió, tres personas charlaban animadamente. Dos sentados en un sillón, otro de espaldas mirando hacia una ventana. –
-          Miren quien llegó – dijo el rubio. Tenía los ojos marrones y un hoyuelo pronunciado. Harry lo saludó – Oh, ¿Y quién es esta señorita? – dijo refiriéndose a mí –
-          Em… soy Camila … em… amiga de Harry. – respondí nerviosa –
-          Así que tú eres la famosa Camila, un placer conocerte. Soy Tom – Lo saludé. Acto seguido otro muchacho se acercó a nosotros, era de estatura normal, también rubio y con ojos celestes. Me saludó y se presentó como “El sexy bajista” luego Tom dijo: “es solo Dougie”. Mientras todo esto ocurría, el chico que miraba hacia la ventana aún estaba mirando hacia allá, hasta que Tom lo llamó, entonces por primera vez lo vi, en realidad, no era la primera vez que lo veía. Ni la segunda, ni la tercera –
-          ¿Camila? – dijo él con una expresión incómoda en su rostro –
-          ¿Daniel? – respondí con mi mayor sorpresa, y con desagrado –
-          ¿Se conocen? – preguntó Harry, que no entendía nada de lo que estaba ocurriendo –
-          Sí, ella es mi e…  -
-          Amiga, éramos amigos en el colegio – respondí yo evitando que Danny dijera la palabra EX. –
-          ¡Qué coincidencia! – dijo Dougie. Luego la conversación tomó otro rumbo, pero yo estaba bastante distraía. Estábamos sentados, yo al lado de Harry, luego Tom. En frente Dougie y Danny. El brazo de Harry estaba en mi cintura, y cada tanto Danny miraba a ver si seguía allí. Cruzamos miradas varias veces, era incomodo, no puedo negarlo. Los ojos de Danny siempre me habían provocado un estremecimiento, eran demasiado profundos.  Un muchacho entró al cuarto –
-          Chicos, los llama el dueño. – comentó, y los chicos, incluyendo Harry, siguieron al hombre. –
-          Ahora los alcanzo – dijo Danny, y se quedó a mi lado observándome – No has cambiado nada. – comentó tomándome de la barbilla. Mi incomodidad estaba al límite. Empujé su mano y el prosiguió – Así que este ha sido tu siguiente paso… pensé que Harry no era de tu estilo. –
-          No, Jones, tú no fuiste de mi estilo.
-          ¿Entonces fui una excepción a la regla? – preguntó con una ceja levantada –
-          Sí, no suelo salir con idiotas.  – respondí fríamente –
-          ¡Oh! Puedo asegurarte que en eso si has cambiado, no solías responderme así – comentó - ¿Sabes? – Iba a continuar cuando Harry entró diciendo que ya tenían que salir a escena. El miró a Harry, luego a mí y dijo – ven, te llevo a tu lugar – Harry le dijo que él me llevaría y así se retiró del cuarto. –
-          Jamás imaginé que conocías a Danny – me dijo Harry –
-          Sí… yo jamás imaginé que iba a volver a verlo. – respondí con obviedad. –

Capítulo 14

Entré a la casa y me encontré con Liz. Tenía la mano en la cintura, movía el pié con frenesí y llevaba puesta una bata rosada, bien de señora.
-          ¿A dónde estabas, se puede saber? – preguntó como una madre. –
-          Me parece que tengo 21 años, no 12, eh. – contesté. Luego de unos segundos no soporté más y se lo conté todo, ella parecía más feliz que yo. –
-          ¿Por qué no te casas con este chico? – me contestó, en resumen. –
-          Já. ¿No te parece algo apresurado? – reímos juntas. Hoy sería definitivamente un buen día. El primer capítulo estaba escrito, ahora solo faltaba continuar. –

Harry’s POV.

Caminaba de un lado a otro con el celular en la mano, esperando respuesta. Estaba nervioso, agujerearía el piso si seguía caminando así.
El mensaje era claro: Hey, Camila. Me preguntaba si estarías interesada en venir hoy a vernos tocar con los chicos. Espera… ¿sabías que tengo una banda? No había mucha ciencia, era algo fácil de responder. No podía tomarle mucho tiempo. Pero ¿qué tal si no quiere y no quiere herirme contestando que no?
Me tiré en la cama, no había mucho más que hacer que esperar. El celular vibró en la mesa de luz. Lo sabía. Claro que quiero, Judd. Dime dónde y cuándo y estaré ahí. Oh, sí, otra cosa, te extraño. - ¡Sí! – exclamé solo. Definitivamente no estaba bien, comenzaba a hablarle a la nada.
Es hoy a la noche, puedo pasarte a buscar. Oh, sí, otra cosa, yo también te extraño. Enviar.
Mensaje nuevo ->Abrir. Lo sabía, siempre lo haces. Apuesto a que ocupo tu cabeza todo el tiempo.
Mensaje nuevo -> Abrir. Eso fue broma, por si no lo notaste.
Bueno, tienes razón de todos modos. Enviar.
Mensaje nuevo ->Abrir.  ¿En serio? Wow, si no tienes nada mejor que hacer que pensar en mí, entonces estas en problemas. ¿Y qué estás pensando ahora mismo?
Que te amo… Borrar, borrar. En que quiero que vengas a vernos, solo eso. ¿Tú? Enviar.
Mensaje nuevo -> Abrir. En nada específico.
Mentira, quiero saber. Enviar.
Mensaje nuevo -> Abrir. Pensaba en que… en que me gustas y en que quiero verte. ¿Feliz?
Más que feliz ;) Enviar.
Nuevo mensaje -> Abrir.  No sé qué ponerme. ¿Elegante o normal?
Hasta de indigente te quedaría bien, así que ve vestida como quieras. Enviar.
Nuevo mensaje -> Abrir. Me sonrojo, y ni siquiera estas diciéndomelo cara a cara.
Es mi poder con las mujeres. Enviar.
Nuevo mensaje -> Abrir. Ya tenías que arruinarlo. De todos modos tengo cosas que hacer, así que deja de hacerme gastar crédito. Te espero en mi casa a las 8 ¿Ok?
Sin falta. Enviar.

Camila’s POV.

Genial, teníamos una especie de cita, debería sentirme feliz, pero me siento nerviosa como la mierda. 

Capítulo 13

Camila’s POV.

Desperté extraña, e incómoda. Abrí los ojos y la luz me cegó por un momento, luego pude ver con claridad. 
-          Harry – susurré. –
-          Mhmmm – fue su respuesta –
-          Harry, levántate. – repetí –
-          Mhmmm – me repitió el, más fuerte –
-          JUDD. – grité, y el susodicho despertó. –
-          ¿Qué es lo que pasa? No quiero ir al colegio hoy, mamá. – respondió. Mi carcajada, que fue bastante alta, lo despertó de su sueño. – ¿Eh, qué, en dónde estoy? – Sus expresiones de perdido me hicieron notar que en verdad no tenía idea de donde estaba, yo simplemente reí –
-          Creo que nos quedamos dormidos – bostecé. –
-          Sí, eso veo. – se desperezó, estirando sus brazos y se pudo escuchar un ‘crack’ en su espalda – Genial, esto me va a doler mucho. – dijo. Luego de estar un segundo en silencio, tratando de amoldarse a la situación y tratando de acostumbrarse a la luz, me miró. –
-          ¿Cómo dormiste, bonita? –
-          Bien, feliz, enamorada.  ¿Honestamente? – pregunté. El asintió con la cabeza – No sé. Ni siquiera recuerdo cuando fue que me quedé dormida. –
-          Yo tampoco lo recuerdo… ¿Y si esto es un sueño y en realidad cada uno está en su casa? – Lo miré con una expresión de… ¿De cuáles consumís? Él sonrió. –
Nos paramos y, hay que admitirlo, ninguno se sentía bien. Mi cabeza parecía pesar mucho más de lo normal y me dolían cada uno de mis huesos, pero estaba segura de que valía la pena.
Caminamos unas cuadras, en las cuales estuve rompiéndome la cabeza pensando si agarrarlo de la mano o no. Es decir, yo quería, pero no era nada mío. Me reí, parecía una quinceañera enamorada. Al parecer, la risa salió en voz alta, ya que me preguntó de qué me reía.
-          Nada, solo mis pensamientos. – contesté. No preguntes en que pensabas, no preguntes en que pensabas
-          ¿En qué pensabas? – Maldición. Suspiré. –
-          Pensaba en agarrarte de la mano, y me dio risa el hecho de que parezco una quinceañera después de su primer beso. –
-          Qué honesta. – respondió. Hicimos media cuadra y me tomó de la mano. Por dentro, yo cantaba victoria. –
Llegamos a mi casa y me despedí con un beso en la mejilla. Puse la llave en la puerta y Harry me llamó, cuando me di vuelta me robó un beso.
-          Lo siento, pero probablemente esto no vuelva a pasar, así que necesito sacar provecho de la situación. –  Yo simplemente reí. –
-          Tranquilo, volverá a pasar. – le dije cuando se alejaba. Él se volteó.
-          Adiós, De Gracia.
-          Chau, Judd.

Capítulo 12

Harry’s POV.

-          No esperaba eso – contesté sincero. – En fin… ¿Está usted interesada, muchachita, en saber que hago por aquí a estas altas horas de la noche?
-          Me encantaría saberlo, caballero. –
-          Te extrañaba. En realidad… no es mucha historia, simplemente me aburría, no puedo dormir y decidí ver si estabas despierta. –
-          Estás en tu día de suerte, yo también estaba aburrida, tampoco puedo dormir. – comenzamos a caminar en una dirección que no conocía, simplemente nos dejamos llevar por nuestros pies. Terminamos en una especie de parque, lleno de árboles. Algo tenebroso, pero era lindo. Por suerte este no era un barrio peligroso, si no nuestros celulares y dinero se hubieran despedido de nosotros desde hace unas cuantas cuadras –
-          Suerte la mía. – contesté, y me senté en el pasto, ella se sentó al lado mío y apoyó la cabeza sobre mi hombro. –  Me gusta ver las estrellas por la noche. –  Me recosté sobre el árbol que estaba detrás de nosotros –
-          A mí también. – susurró en mi oído –
-          ¿Sabes qué otra cosa me gusta? – ella movió su cabeza respondiendo que no – Vos. –
-          ¿Yo que? – Antes de que pudiera decir otra palabra, mis labios se posaron sobre los suyos. Es raro de decir, pero es la verdad, estuve esperando a hacer esto desde el primer día que la vi, y no podía quedarme con las ganas para siempre.  Y cuando pensé que me abofetearía por ser un maldito maníaco, correspondió al beso. Me tomó por la nuca y yo acaricié su cabello. Me sentía feliz como pocas veces. Nos separamos por algo de aire, ella me dio un pequeño beso, corto, y recostó su cabeza sobre mis piernas. –
-          ¿Por qué no lo dijiste antes? – dijo rompiendo el pequeño, pero cómodo, silencio que se había formado entre nosotros. –
-          No lo sé… creí que nunca lo haría. Aunque también creo que mi subconsciente me trajo aquí para poder decírtelo de la forma más linda que puedo. –

Capítulo 11

Camila’s POV.

Eran las 12 pm. Y yo seguía sin poder dormirme. El cambio de casa realmente me estaba afectando. Tendría problemas durante toda la semana.
Escuché un sonido proveniente de afuera. – Parece que está lloviendo – Pensé para mis adentros. Salí al balcón de la casa de Liz, mi casa, y me sorprendió ver que estaba seco, hasta que una piedrita impactó en mi brazo. – Así que esta es la lluvia – volví a pensar.
-          ¿Quién demonios te crees para apedrear… Harry? – Él estaba ahí. Sonriente, como si fuera normal lo que estaba ocurriendo. – ¿Qué pasa aquí? – pregunté.
-          No mucho. – respondió – Me pregunto qué hacías despierta a esta hora. –
-          Me pregunto lo mismo, y también pregunto qué hacías arrojando piedras a la casa. – contesté. –
-          Tengo mis razones. – me dijo, y levantó las cejas en un movimiento insinuante –
-          ¿Cuáles? – pregunté –
-          Le tengo una propuesta, señorita. –
Y si, en verdad la tenía. A los cinco minutos, cambiada y arreglada, anudé una soga al balcón y comencé a bajar esperando llegar a los brazos de Harry que me salvarían del golpe que probablemente me daría.
-          Harry, me voy a caer. – le dije desde el balcón –
-          No voy a dejar que nada te pase ¿sí? Estoy con vos. – me respondió seguro. –
-          Estás loco, Judd, y yo caigo en tus locuras. – le sonreí. Me tomé de la soga y comencé a bajar. Ahora, en estos momentos, agradezco a mi profesora de Educación Física por hacernos trepar esas sogas hasta el techo. Pensé que jamás me haría falta, pero con un chico como Harry, no me sorprende tener que poner cosas raras en práctica. Llegué hasta el final de la soga y sus brazos me tomaron fuertemente, para no dejarme caer y me colocaron cuidadosamente en el suelo. Estuvimos unos segundos mirándonos a los ojos hasta que él corrió la mirada. Lo saludé con un beso en la mejilla y me miró sonriente. – Bien ¿Ahora vas a decirme para qué hice todo esto? –
-          Es que en realidad no lo sé. Existe la puerta de salida. – Mi ojo derecho comenzó a titilar. Él me había dicho que hiciera todo esto y ahora me decía que existía una puerta. – Judd, vas a morir, lo juro. –
-          Todos vamos a morir en algún momento. – rió – Bueno, bueno, calma. Pero no digas que no fue romántico. – Torció una sonrisa. –
-          Te diría algo pero estoy demasiado concentrada en admirar tu belleza. – Accidentalmente acababa de revelar el porqué de mi cara de idiota en ese instante. De todos modos no es algo que él no supiera, es decir, es obvio que sabe que me gusta… o al menos eso creo. –

Capítulo 10

Camila’s  POV.

Toqué el timbre de la casa de Liz, ella abrió.
-          ¡Camila! – dijo ella mirándome – Y compañía – dijo luego mirando a Harry– ¿Qué se les ofrece? – preguntó amablemente –
-          Traje mis cosas Liz, vengo a molestarte en tu vida diaria – reí. ¡Dios, lo que iba a ser  vivir con Liz! Si ya éramos ruidosas normalmente,  imagínense viviendo juntas –
Pasamos y dejamos todas las cajas y cosas en el cuarto. Liz se había encargado de limpiarlo porque sabía que yo llegaría en esta semana.
-          Bueno – dijo Harry– creo que mi trabajo aquí ha terminado. – comentó tomando su campera. Dirigió sus ojos a mí y me dijo - ¿Sabes? Extrañaré no verte por el edificio, extrañaré esos rulos morochos. – Yo le sonreí tímidamente, el simplemente me dio un beso en la mejilla y se fue acompañado por Liz hasta la puerta. –
-          ¿ES ESE? ¿ES ESE? ¿ES ESE? – comenzó a preguntar como loca luego de haber cerrado la puerta - ¿ESE ES HARRY? DIOS, SI ES QUE ES ÉL TE ENVIDIO DE UNA FORMA INCONTROLABLE. – dijo y luego se echó a reír – ¿Hablé muy rápido, no? – preguntó – yo asentí con la cabeza y me digné a contestar –
-          Bueno, creo que vas a tener que envidiarme, porque ese es él. – dije con una sonrisa de  orgullo en la cara – Lastima que ahora que ya no soy su vecina se va a olvidar de mí. –
-          ¿Por qué dices eso? – dijo Liz –
-          Porque yo solo era su vecina linda a la cual le tiraba los perros, no más. Bueno, fue lindo mientras duró – concluí para abandonar el tema. –
Luego de un rato fuimos a desempacar las cosas, sería una larga tarea.
Harry’s POV.                            
Me desperté  temprano  o relativamente temprano, me levanté de la cama y me dirigí a cambiarme.  Cuando quise levantar un brazo para pasarlo por el orificio de la remera casi me muero. Un dolor punzante me empezaba en el brazo y terminaba en la parte baja de mi espalda. Dios, como dolía. Luego recordé la cantidad de cajas que transportamos desde la casa de Hay hasta la casa de la amiga y todo recuperó el  sentido, había sido demasiado para mí, pero para hacerme el fuerte no había dicho ni mu.
Mi teléfono sonó ruidosamente, me acerqué a contestar: Llamada entrante de Danny.
-          ¿Hola? – del otro lado se escuchaban algunas risas –
-           Los chicos y yo vamos a ensayar y nos preguntábamos si vendrías –  Danny sonaba malhumorado, seguro Georgia tendría que ver –
-          Sí, estoy saliendo – mentí. Si le decía que todavía no estaba listo me mataría, de seguro –
-          Perfecto, nos vemos aquí. – cortó. –
Muy bien, ahora llega el momento en el que corro hacia la casa de Tom para que no sospechen que ni siquiera estaba saliendo.  Cuando me faltaba una cuadra para llegar calmé mi ritmo, si no llegaría con medio pulmón fuera.  Lo admito, estoy en muy mal estado físico.
-          ¡Hey! – saludó Tom amistosamente. - ¿Cómo estás? –
-          Bien, adolorido, pero bien. – le respondí. Abrimos la puerta del ‘’estudio’’ improvisado. Los chicos saludaron. –
-          ¿Qué tal? – saludó Dougie. Hicimos una especie de saludo, que salió mal y comenzamos a reír. –
-          ¿Podemos ir al grano ya? No tenemos tiempo que perder  en saludos que fallan. – Danny estaba definitivamente de muy mal humor. No le dirigimos más la palabra en todo el ensayo, estaba en su faceta cruel.  Nos tomamos cinco minutos de descanso en los cuales Harry comenzó a perseguirme por algo que había dicho, sin querer empujamos a Danny.  Él cayó también llevando a Tom consigo. – ¿SON TARADOS? NO ES GRACIOSO. – nos gritó –
-          Danny, no sé qué carajo te pasa hoy, pero no vamos a dejar de divertirnos porque estés de mal humor, lo siento, pero no. – le dije de mala manera.  Es que ciertamente no teníamos por qué tener  su antipatía. Estaba más arisco que Marvin. –
-          Tiene razón – me secundaron los demás –
-          ¿Saben qué? Si tanto me odian me voy con mi novia, ah, no, cierto que ella me odia también. – cerró la puerta de un portazo, nos miramos entre todos. –
-          Era de suponer. – dijo Tom – ¿Qué otra persona pone de tan malhumor a Danny? –
-          Eso o la menstruación. – dije y comenzaron a reír –

Capítulo 9

Harry’s POV.

-          ¡Vamos, no puedes hacerme esto, espera a que haga mis valijas al menos! – escuché gritar a fuera.  No me agradaba la gente escandalosa. Salí a ver qué ocurría. – No te mueres si me dejas estar un día más sin pagar, sería lo mismo. ¿Qué vas a hacer? ¿Quedarte con mis cosas? Por favor. – es cierto, la gente escandalosa no me gustaba, pero si Camila era la que causaba el escandalo no me molestaba en absoluto –
-          ¿Qué pasa aquí? – pregunté yo. Esta es la parte en la que entra el rubio fornido a arreglarlo todo, pero en su lugar entró el robusto castaño de boca pequeña –
-          Hace un mes que no paga mi renta,  tiene hasta hoy a las 11:00 pm para vaciar todo, si no, no me hago cargo de lo que pasará con las cosas que queden – dijo con malhumor el dueño y se retiró.  –
-           Camila, yo te ayudaré a sacar todo, estoy para servirte  - le dije, y antes de que pudiera terminar de parpadear sentí unos brazos que me rodeaban y una cabeza que se apoyaba en mi hombro, luego escuché un murmullo, un llanto –
-          No podremos meter tres años de mi vida en cajas y simplemente llevárnoslos de aquí.  – me dijo, su aliento me hizo cosquillas en el cuello –
-          Todo estará bien ¿Si? ¿Tienes a donde quedarte esta noche? – pregunté. Por favor, di que no, di que no, quiero que te quedes conmigo –
-          Sí, mi amiga tiene una habitación de más, me voy a quedar ahí hasta que consiga un trabajo nuevo. – me comentó separándose y secándose las lágrimas –
-          Perfecto – terrible – entonces nos pondremos ya a trabajar, no lograras nada llorando, mejor sonríe ¿sí? – le dije. Ella miró hacia el suelo – Vamos, no es tan malo, hazme caso, sonríe. – Ella esbozó una sonrisa sin dientes – No, esas no son las sonrisas que a mí me gustan. Yo prefiero estas – sonreí de una manera exagerada, parecía que ya no tenía ojos. Ella rió – Exacto, así me gusta – le sonreí – Ahora hay que trabajar –
-          Por cierto – dijo ella – tienes una linda sonrisa de maníaco. – ambos reímos con ganas –
Entramos al lugar. Estaba bastante decorado, era lindo.
-          Bueno, primero lo primero. – dije – Necesitamos cajas, muchas cajas. –
-          Tengo varias, sabía que esto pasaría. – me dijo ella –
-          Bueno, entonces quiero que me las traigas y comenzaremos todo –
Empacar las cosas nos tomaría un buen tiempo. Genial excusa como para charlar por horas.  Guardamos todo lo decorativo en una caja, en otra todos los platos, vasos, etc.
Fuimos a su cuarto, ella abrió el armario y comenzó a tirar toda la ropa sobre su cama, con ira.
-          Si continúas tirando la ropa así te dislocarás un brazo. – le dije y reí porque ella no se detuvo ni siquiera para mirarme –
-          No me interesa. No sabes lo enojada que estoy con el mundo Harry, no sabes cuánto. Los detesto a todos – dijo. Se dio vuelta para buscar más ropa en el ropero y yo me acerqué por detrás –
-          Dijiste, y cito “Los detesto a todos” ¿Yo que hice para que me detestes? – le hablé en el oído, ella saltó del lugar, al parecer se había asustado –
-          Por dios, Harry, casi me matas de un maldito infarto – yo sonreí. En serio se había asustado –
-          Oh, lo siento, no quería asustarte, solo venía a reclamar una disculpa porque dices que me detestas. Yo no he hecho nada, no merezco tu odio. – le reclamé –
-          Es una forma de decir Harry, a ti no te odio. – me dijo –

Camila’s POV:

-          Es una forma de decir Harry, a ti no te odio. – en realidad me gustas. –
-          Oh, entonces mucho mejor, si no ibas a tener que enfrentarte a mi ira. – dijo él. –
-          ¿Ira? En ese pequeño cerebro no creo que te entren muchas cosas más que la orden de respirar todo el tiempo – le dije y el me miró con una ceja levantada –
-          ¿Quieres ver? – me desafió. Se iba acercando cada vez más, hasta que quedé atrapada. Adelante estaba él, me tenía acorralada con los brazos, y atrás estaba el armario. Comencé a sentirme presionada – Bien, esto es lo que ganas por desafiarme – rió como loco y me tomó por la cintura cargándome en su hombro –
-          ¡HARRY, BAJAME YA! ¡AHORA, YA, DEJAME IR! – gritaba y pataleaba a todo ritmo, pero él seguía paseando con mi cuerpo a cuestas, como una bolsa de patatas –
-          ¡Oh, no, jamás lo haré! – decía con voz de demente. – Esta es mi venganza vengativa – seguía riendo – ahora eres mi prisionera  y jamás te dejaré sa… - antes de terminar su frase estábamos los dos en el piso, Harry había tropezado con una caja –
-          ¡Oh, pues que villano tan tonto! – dije yo, y miré hacia mi lado. Ahí yacía el cuerpo de mi “secuestrador” – Y para la próxima, no soy un saco de verduras al que puedes pasear a cuestas – le dije con falso enojo –
-          ¿Sabes? – me dijo. Yo seguía en el suelo, él también. Tenía su cabeza sostenida con su brazo para poder ver todo desde arriba – Aunque estés despeinada y regañándome te ves linda – confesó –
-          ¿Sabes? Aunque me secuestres y luego me tires al piso, tú también eres lindo –

Capítulo 8

-          – Ella se quedó callada, dio un mordisco a su hamburguesa y continuó hablando de guitarras y bajos, qué manera olímpica de esquivar lo que yo lo había dicho. Quizás debería haber cerrado la boca. Nota mental: Cerrar la boca y pensar antes de decir algo estúpido. –
El almuerzo siguió de maravilla, al menos para mí. En verdad la pasaba bien cuando estaba con ella.  Me gustaba, definitivamente.  A eso de las dos decidimos volver al edificio. Yo paré en la puerta de su departamento y ella sacó la llave de su cartera.
-          ¿Sabes Harry? Hacía tiempo que no me reía tanto – me dijo con una sonrisa sincera – Este no es uno de mis mejores momentos, sin embargo contigo olvido todo eso y simplemente me largo a reír. En serio me encantaría volver a salir contigo. – ¿Estaba invitándome a salir? –
-          Oh – exclamé sorprendido – bien…definitivamente creo que esto puede repetirse, yo también me siento a gusto hablando contigo – le dije. –
-          Este es mi número – sacó un papelito de su cartera y comenzó a anotar números en él, me lo entrego y nuestras manos rozaron.  Su piel era suave, me provocaba querer acariciarla. Por dios, que entre ya o si no voy a abalanzarme sobre ella – Llámame – me sonrió – solo si quieres – reí. Claro que quería hacerlo, es más iba a hacerlo –
-          Lo haré – respondí convencido – Adiós Cam, nos vemos –
-          Adiós Harry, nos vemos por ahí.

Camila’s POV.


Por dios, por dios, por dios. Acabo de invitarlo a salir otra vez. ¿Pero qué está pasándome? Parece que estuviera necesitada. ¡A la mierda con lo que parezco, voy a salir con él otra vez!
Tomé desesperada mi celular y marqué el número de Liz, ella tenía que saber esto. 
-          Hayley – contestó – dime ya todo lo que haya pasado – wow, sí que me conocía –
-          ¿Cómo supiste que llamaría para decirte eso? – le pregunté – Eres adivina Liz –
-          Ya basta de cháchara, dime todo con lujo de detalles – me dijo alterada. Al parecer estaba ella más feliz que yo –
-          Bien, ¿Qué tal si te vienes a casa?  - le pregunté. No quería seguir gastando crédito –
-          Ok, voy. Recuerda que a las cinco tengo que irme a la universidad –
Y cortó sin siquiera decirme adiós. Liz había elegido el turno tarde en la universidad porque no quería levantarse temprano, vaya haragana. Pero le había salido mal, ya que debía despertarse temprano para estudiar los días que tenía examen, así que era lo mismo. A los diez minutos alguien golpeaba mi puerta como una loca, era ella, sin duda.
-          ¡CAMILA, HABRE YA ESTA PUERTA! – gritó. –
-          Ya voy, ya voy. – le abrí, ella me dio un beso en la mejilla y se sentó – y para la próxima calla, que tengo vecinos, no vivo sola – le dije –
-          Sí, vecinos, esa es mi razón de estar aquí – yo me mordí el labio y me tiré en el sillón junto a ella –
-          Liz, no tienes ni una idea de lo lindo y agradable que es, no tienes ni una mínima idea. - comenté como una adolescente hablando de su novio – Es tan…tan…perfecto.  – sonreí al recordar el día de hoy – Me gusta, Elizabeth, y de eso no hay duda –
-          Hoy, a las 3:30 acabas de admitir que te gusta Harry – dijo ella – Voy a guardar este día en mi memoria, ya que después de un largo tiempo vuelves a enamorarte de alguien –
-          ¡Liz, no estoy enamorada! – le aclaré. Recién lo conocía, no podía estar enamorada fugazmente –
-          Bueeeeno – dijo ella – pero algo tiene que tener para gustarte – comentó – deberías presentármelo – subió las cejas y comenzamos a reír, pero luego yo me puse seria y le dije –
-          De todos modos es mío. – ella estalló en risas –

Capítulo 7

Recorrimos todo mi guardarropa, hasta los últimos recovecos y descubrimos la ropa adecuada.  Ellos me recordaron que no hacer y que sí hacer en  una cita, cuestiones de modales y esas cosas.
-          Chicos, acabo de notar algo – todos me miraron – no, la cita no es mañana, es hoy, tranquilos, no hicieron todo esto para nada. – movieron su cabeza en señal de ‘’menos mal’’ y se dispusieron a ayudarme – esto es ridículo, es decir, si le gusto debo gustarle como soy, no como un muñeco de torta arreglado como para ir a un concurso de belleza – concluí –
-          Lo sabemos, al menos yo lo sé – dijo Tom – pero no hay nada de malo en causar una buena impresión en la primera cita con una chica que te interesa realmente – 
-          En realidad…no es nuestra primera cita – dije – lo otro no fue una cita oficial, pero tomamos algo en un Starbucks. –
-          ¿Entonces para que estamos haciendo esto? Si ya la viste y se cayeron bien no hay necesidad de tanto circo. – Dijo Danny. Al parecer a alguien le cayó mal que lo hayan sacado de la cama –
-          ¿A qué hora es  la cita? – preguntó Gio –
-          No pactamos hora, dije que pasaría a buscarla.
-          ¿Qué tal si la llevas a almorzar a algún lindo lugar? – preguntó Dougie, que había estado bastante dormido, quiero decir, callado –
-          Mmm…no es mala idea, creo que es eso lo que haré. – decidí – Genial, entonces tengo que apurarme. ¿Saben que son los mejores amigos que puedo tener en este mundo no? –
-          ¡Ay, por dios Harry, deja de ser tan chica! – Dijo Giovanna – Y si, lo sabemos. – se acercó a darme un abrazo y partió junto con los demás –
Fui a darme una ducha y me puse la ropa que encontramos junto a Danny, tomé mis Ray-Ban y luego de dos minutos ensayando en su puerta qué decir, decidí tocar timbre. Ding-dong.  Respiré hondo y largué un suspiro, ella abrió la puerta. Su perfume de vainilla invadió todos mis sentidos, vaya, estaba diferente comparada con ayer. Esta vez su pelo estaba suelo dejando ver algunas ondas y su maquillaje estaba impecable. Tenía una pollera tubo color negra con una remera blanca. Como accesorio un collar con una nota musical.  No sé si me quedé paralizado con cara de baboso o qué, solo sé que ella se sonrojó y bajó la mirada. Era adorable.
-          Hola, Cam. – saludé –
-          Hola, Harry. – saludó ella también tímidamente, mirando hacia un costado –
-          Bien, como no pactamos una hora se me ocurrió que podíamos salir a comer algo, ¿tú que dices? – pregunté amistosamente.  Ella me miró y sonrió –
-          Me parece excelente – dijo  – y si, Harry, tú también estas muy lindo – respondió ella. Al parecer se había percatado de mi mirada. Nota mental: menos obviedad. –
Tomamos el ascensor que solíamos compartir a la mañana y bajamos. Cuando salimos del edificio pregunté:
-          ¿Caminando o con auto? –
-          ¿Es muy lejos? – respondió con otra pregunta –
-          No… en realidad no sé a dónde vamos. – le dije sinceramente –
-          Preferiría que me llevaras a un lugar normal, no a esos lugares finolis en los que no puedes hacer nada que esté fuera del protocolo. ¿Pero qué se creen? ¿Qué estoy almorzando con la reina? No. Puedo hacer lo que quiera mientras cómo. –
-          ¿Entonces McDonald’s será? – le dije sonriente. Me pregunto en dónde había estado esta chica toda mi vida –
-          McDonald’s. – respondió ella asintiendo –

Y sí, McDonald’s fue.  Caminamos, ya que eran unas  5 cuadras y cuando llegamos pedimos nuestra  comida y nos decidimos a esperar.
-          Y bien – empecé una conversación – ¿Tienes algún hobby? ¿Algo que ames hacer? –
-          Bueno…canto y toco la guitarra y la batería, pero eso no significa que sea buena en alguna de las tres cosas – me sonrió, yo reí ante semejante muestra de desvalorización propia. –
-          Yo toco la batería también ¿sabes? -
-          Sabía que tocabas, te vi entrar con las partes cuando llegaste al edificio – me comentó –
-          ¿Acaso estabas espiando por la ventana? – pregunté. Ella se ruborizó…otra vez –
-          ¡No! ¡Claro que no! – dijo a la defensiva – solamente estaba viendo quien se mudaba al edificio, no es que quisiera espiar – se excusó –
-          ¿Y que hay con Bob? – pregunté – me ha hablado mucho de ti, creo que está enamorado. – era cierto, Bob no paraba de hablar de ella, era hasta molesto, aunque ahora entiendo por qué es que tiene este enamoramiento –
-          ¿Qué? ¿Con Bob? ¡Por dios, nada! Siempre estuvo enamorado de mí, desde que me mudé, pero solo somos amigos, nada más. – me dijo con seguridad. Parecía nerviosa, no había tocado su hamburguesa hasta ahora –
-          Oh bien, yo me cercioraré de que así siga. – le respondí. Ella me miró extrañada –
-          ¿Qué siga así? –
-          Claro, me cercioraré de que solo sean amigos, ahora tú estás en mi mira. –