26 de diciembre de 2011

Capítulo 26

- ¿Por qué lloras? – preguntaron –
- ¿Es que importa? – respondí –
- Claro que importa – respondió él, yo no quería ni levantar la cabeza –
- Danny – dije después de un rato – me parece que es momento de terminar con todo esto – levanté mi mirada buscando la de él, intentando convencerlo de que esto estaba mal, demasiado mal –
- Sí, creo que ya es hora de que termines con Harry y vuelvas a mí – dijo y yo coloqué mis manos sobre mi boca para no decirle una barbaridad –
- No, Daniel. Lo que hay que terminar es esto entre nosotros – él se quedó observándome perplejo – Danny, estamos grandes ya ¿no? Bien sabemos que Harry no se merece esto, y también sabemos que tú tuviste tu oportunidad y la desperdiciaste – comenté levantándome del asiento –
- Tú sabes que quieres estar conmigo – me susurró en el oído y comenzó a repartir besos en mi cuello –
- ¡Daniel! – le grité – ¡Detente! ¡Ya basta! – lo alejé de mi con un fuerte empujón – SUPERALO DE UNA VEZ, DIOS SANTO. ¿NO TE DAS CUENTA DE QUE ERES MI PASADO, NO MI PRESENTE? MI PRESENTE ESTÁ CON HARRY, Y PENSÉ QUE LO ENTENDERIAS DESPUÉS DE UN TIEMPO, PERO VEO QUE TU EGO ES DEMASIADO GRANDE COMO PARA QUE ADMITAS QUE AHORA HAY OTRO HOMBRE EN MI VIDA, QUE YA NO ERES IMPORTANTE PARA MÍ –
- Eso es mentira, yo soy el único hombre en tu vida y tú eres la necia – dijo e intentó besarme. Mi mano se dirigió inmediatamente a su mejilla –
- ¡ERES UN ASCO! – musité las palabras con ira –
- ¿Entonces si soy un asco porqué dejaste que te bese allí en el baño? ¿Por qué dejaste que te toque? – me quedé en silencio – Dime, quiero saber, porque si soy tan asqueroso no tenías que haberte desecho de mi camisa, ni tendrías que haber aceptado mis besos –
- Cállate – murmuré – pueden oírnos y sería un gran problema –
- Qué buena forma de cambiar de tema – respondió él acercándose – Si tanto lo amas, quiero ver como le dices que te arrepientes de haberme besado, quiero ver si te atreves –
- Jones, por favor, no me hagas esto – tragué saliva. Su cercanía me estaba sacando de quicio. –
- Vamos, atrévete a decirle a Harry que lo haz olvidado gracias a mí hace unas horas, y que haz sentido cosas que ni él te debe hacer sentir. Atrévete a decirle que ahora te mueres por mí, te mueres por besarme y porque  te haga mía –
- Ya basta – pegué un grito ahogado. Estaba al borde del llanto. No podía soportar más esto. Me trataba como si fuera una cualquiera, como si me le hubiera regalado ¿O me le regalé? ¿Eh? –
- Y sabes que otra cosa quiero que hagas – se quedó en silencio, yo negué con la cabeza – quiero que me digas a mí, mirándome a los ojos, que no me deseas y que quieres que desaparezca de tu vida – mis piernas comenzaron a temblar frenéticamente, lo que sentía en ese momento era miedo, auténtico miedo. Me estaba sosteniendo por las  muñecas con fuerza, y su voz se había tornado grave, y baja. Me sujetó con más fuerza mientras esperaba mi respuesta, hasta que me soltó bruscamente haciendo que me tambaleara en los zapatos altos y cayera al piso – Eso supuse, no puedes negarte a mí – sonrió con arrogancia y me examinó de arriba abajo – Sigues siendo mía, preciosa – aceleró la marcha y se largó sigilosamente –
Lentamente comencé a retroceder, arrastrando mi cuerpo por el pasto, hasta chocar con la pared. Me acurruqué en mis brazos y las lágrimas brotaron solas. Luego, sentí  unas manos que me acercaban a su pecho para consolarme. Me aferré de quien sea que me había abrazado.
- Shhh – susurró mientas acariciaba mi espalda – todo va a estar bien – reconocí su voz y me alejé para no empaparlo de lágrimas –
- Dougie – él me tomó de la barbilla y secó mis lágrimas - ¿Qué tanto escuchaste de todo esto? –pregunté nerviosa –
- Lo suficiente para saber que estuviste con Danny en el baño del lugar – me tapé la cara y el sollozo salió otra vez – Tranquila – me dijo – no voy a decirle nada a Harry, es tú problema, no él mío y no debo meterme – ¿Es real este chico? Acababa de salvarme de un gran problema –
- No… no estuve con él de todos modos, no hice nada grave. Fueron besos nada más – me justifiqué – Es que… tú no sabes la historia. –
- Si la se, Harry me contó un poco sobre… tu ‘pasado’ con Dan – me quedé en silencio unos segundos – aunque parece que no es tan pasado ¿No? – Yo lo miré fulminante – Lo siento, lo siento – rió un poco y yo sonreí, vaya si era contagiosa su sonrisa - ¿Ves? Te hice reír – afirmó orgulloso – Solo… no dejes que te lastime ¿sí? Vamos adentro, ya deben estar preguntando por nosotros – él se paró y me extendió la mano para que la tomara, con confianza me agarré de él y me paré sacudiendo el vestido –
- Gracias… – balbuceé cuando llegamos, él solo sonrió como respuesta –

7 de diciembre de 2011

Capítulo 25

- Oh, gracias, tu estas preciosa – contestó mi halago con otro, y la charla inició, aunque debía admitir que en lo único en lo que pensaba era en que quería que Daniel Jones se deshiciera de mi vestido, de mis zapatos, de mis pantimedias, de todo, pero con sus dientes si era posible –
- Mi amor – dijo Harry, y yo le sonreí y lo atraje hacia mí –
- Estas muy lindo – comenté y sonrió hacia el costado dejando notar que era aún más perfecto de lo que parecía. Detrás de mí escuche algunos murmullos, Dougie, Tom y Danny se acercaron –
- Aw, hacen una hermosa pareja – dijo Danny mirándome a los ojos – Me encanta ver a mi amiga feliz – yo fingí una sonrisa y ellos comenzaron a preguntarnos como nos habíamos conocido y demás. Delicadamente tomé mi celular y le envié un mensaje a Danny. Su celular sonó “Eres un cínico” y su respuesta fue “Y tú extremadamente sexy” -  ¿Me disculpan un segundo?  - pregunté y me retiré con la excusa de que quería ir al baño. Ingresé a un cubículo y coloqué mis manos sobre mi rostro –
Sentía que en cualquier momento iba a abalanzarme sobre Danny e iba a golpearlo. ¿Tanto le costaba entender que yo no quería nada con él? Era mi pasado, no mi presente. Escuche unos pasos acercarse a donde estaba, alguien tocó la puerta.
- Ocupado – respondí, pero la persona pareció no hacer caso y abrió de todos modos – ¡Daniel! – exclamé, el solo me tapó la boca –
- No grites ¿sabes lo que me costó entrar aquí sin que me vieran? – me soltó y yo volví a respirar –
- ¿Qué demonios haces aquí? ¡Vete, vete! – él puso su conocida cara de ‘no entiendo nada’ –
- Pensé que te ibas para que te siguiera – dijo acercándose a mí. La esencia de su perfume invadió mis fosas nasales. Mi corazón empezó a bombear sangre con rapidez. Estaba cerca, peligrosamente cerca. –
- Da… Danny – susurré casi sin aire – Danny, no me hagas esto – le imploré mientras intentaba alejarme de él, pero el lugar era pequeño, no había muchas formas de escapar –
- No voy a hacer nada que no quieras – contestó tomando mi barbilla y acercándome a él. Su boca se acercó a mi cuello y me rozó con su nariz. Repartió un par de besos a la altura de mi hombro y comenzó a subir dejando un camino de ellos.  Yo tragué saliva. No quería, pero a su vez me moría por hacerlo. -
Tomó el cierre de mi vestido y comenzó a jugar con él. Introdujo sus manos bajo éste y acarició mis piernas. Su cara de satisfacción era indescriptible.  Yo, por mi parte, comencé lentamente a desabrochar cada botón de su camisa. Nuestras bocas se unieron en un tan ansiado beso en el que nos devorábamos hasta el alma. Sus labios se movían con rapidez y destreza sobre los míos, parecía que estábamos hechos el uno para el otro, como si mi boca hubiera sido creada para besarlo a él y solo a él, y ahí fue cuando reaccioné.
- Danny, no – hablé rápidamente, alejándolo lo más posible de mí – Necesito que te vayas, andate – el seguía ahí de pie, esperando que le diera una razón por la cual lo había dejado así – Danny, por favor, necesito que te vayas – le dije rompiendo en llanto. El cerró su camisa y tragó saliva. Sus expresiones se tornaron arrepentidas y  se marchó dejando un delicado beso en la comisura de mi boca –
Luego de arreglarme salí, me volví a reunir con los chicos y estuvimos allí un rato más. Me sentía una bazofia. ¿Qué clase de mujer, teniendo un hombre como Harry, lo iba a engañar con un asco de ser humano como Danny? ¿Por qué me hacía esto a mí misma? ¿O peor, por qué le hacía esto a él? Si yo quería volver a sufrir con Danny, era mi problema, pero no tenía por qué arrastrar a Harry conmigo. Luego de unas horas, en las que Harry alardeó de mí con todos sus amigos (cosa que era extremadamente tierna, porque sé que no me ve como un trofeo), le dije que necesitaba algo de aire, se ofreció a acompañarme afuera, pero yo le dije que no, entonces salí sola.
Ni bien puse un pie afuera, busqué un lugar en donde tomar asiento y pensar. Limpié un poco un banco que había allí, y me senté. Me quité los tacos y como si estuviera ebria me puse a llorar, o quizás lo estaba, ya que había tomado 2 tragos que poseían un líquido rojo, en el camino del salón a la puerta. 
- ¿Por qué lloras? – preguntaron –
- ¿Es que importa? – respondí –

Capítulo 24

Estábamos sentados en las butacas del cine cuando el celular de Harry comenzó a vibrar.
- Harry – le susurré, el volteó a verme – tu celular está vibrando – lo saqué del bolsillo de la campera (que estaba usando yo porque tenía frío) y se lo entregué. El me medio sonrió y leyó el mensaje. Tiró su cabeza para atrás en señal de ¿vagancia, quizás? Y me hizo un gesto como para que me levantara. Yo lo miré extrañada  – ¿Qué pasa? – le pregunté en voz baja, y él me hizo un gesto como ‘después te explico’ y me tomó la mano para que me fuera con él. – ¿Vas a explicarme ahora? – le pregunté una vez fuera de la sala –
- Necesito que me hagas un favor – dijo algo nervioso –
- ¿Favor? ¿Qué clase de favor? ¿Puedes ser más claro? –
- Tenemos que asistir a una fiesta, va a haber productores importantes que pueden llegar a firmar contrato con nosotros y es muy importante que vayamos, pero tiene que ser ahora – me dijo, abrí mis ojos como plato y comencé a reír –
- No, no Judd, no. Te equivocaste, no pienso  ir a una fiesta, además no estoy vestida como para una, tengo que ir a casa y arreglarme y… – de repente sentí sus labios sobre mí –
- ¿Por favor? – rogó. Yo dude por unos segundos, es que enserio no quería ir –
- Esta bien pero... ¿y el beso por qué? – cuestioné. El lanzó una risita –
- Tenía que encontrar alguna forma de callarte –
- ¡Oye! – le grité, y le propiné un no tan dulce golpe en el brazo –
- Bueno, mira, haremos esto, te llevaré a tu casa, tú te cambias, te pones lo que quieras, y nos vamos rápido ¿Sí? – dijo y colocó una cara triunfante como si hubiera imaginado el mejor plan de todos los tiempos –
Accedí  y fuimos a casa. Entramos a mi cuarto y comencé con la búsqueda. Revisaba entre las cosas de mi placard y no encontraba nada más que chupines y remeras de skater.
- ¿Por qué soy tan masculina al vestir? – me quejé, y el rió –
- No lo sé, pero amo tu ropa – me dijo y yo reí –
- Já, te gusta porque me visto como hombre, ¿no ves? – Mientras rebuscaba encontré un vestido negro, algo clásico, no muy provocador – puedo ponerme esté – le dije  –
- O puedes ponerte éste  – me contestó levantando las cejas de arriba abajo, y sacó del armario de Liz un hermoso vestido rojo, algo corto (vestido)–
- ¡Ni lo pienses! – le dejé en claro – no voy a ir vestida así –
- Ok, yo simplemente voy a dejarlo aquí junto al otro – dejó el vestido en la cama y guiñándome un ojo se retiró del cuarto para que me cambiara –
Terminé de vestirme, colocarme los zapatos (estos) y salí de la habitación. Él me miró y sonrió. Yo no sabía dónde meterme.
- Lindo vestido – me dijo – me agrada el color – concluyó, y me tomó la mano rozando la tela colorada del vestido –
- No volverá a ocurrir, así que guarda esta imagen en la cabeza – musité con algo de enojo –
- Oh, entonces espera, lo archivaré – dijo, y me dio una vueltita examinándome – En serio, estas preciosa – me dio un beso en los labios y se quedó mirando mis ojos –
- ¿Qué? – le pregunté esquivando su mirada –
- Nada ¿No puedo darme cuenta de que tengo una novia no hermosa, si no perfecta? – yo reí –
- Vámonos, ya no quiero escucharte intentando seducirme como a una niña de secundaria –le contesté y se escandalizó y me acuso de ‘persona cruel’ yo solo reía y no podía contenerme –
Harry ni siquiera se había cambiado, solamente se había peinado un poco y ya estaba digno de revista. Mientras conducía me quedé observándolo. La manera en la que jugaba con su pelo, el movimiento de su nuez cuando tragaba, sus pestañas, sus ojos… sus ojos. Dios, sus ojos.
- ¿Qué? – preguntó el risueño –
 - Nada, no puedo…  – iba a imitar lo que él me dijo, pero me interrumpió –
- No, no puedes descubrir que tienes un novio no hermoso, si no perfecto – Ambos reimos. Vaya, en el poco tiempo que había pasado, ya me conocía bastante bien –
Llegamos al lugar y mis nervios se pusieron de punta. No sabía qué hacer, qué decir, cómo actuar. Estaba sola, perdida en un mar de gente en movimiento que hablaba de cosas en las cuales yo no estaba interesada. Lo único que hice fue comenzar a mirar, allí estaba Dougie con una bolsa en su mano. Harry me dijo que lo espere y se acercó a él. Su amigo le tendió la bolsa y él se retiró al baño. Aparentemente era un traje, ya que todos estaban muy elegantes.
- Vaya, vaya, vaya – dijo una voz bastante familiar – hubiera pagado por verte con ese vestido en nuestras épocas de noviazgo – No, no él. Dios, que no sea él, no quiero escucharlo esta noche. Me volteé a ver quién me hablaba y suspiré –
- ¿Danny, qué demonios quieres? – me puse aún más de mal humor cuando lo vi de traje y noté que era extremadamente sexy, endemoniadamente lindo. Tenía una camisa blanca y un pantalón negro, mostraba su sonrisa (esa que lleva siempre, que derrite cubitos de hielo) y estaba solo, sin acompañamiento – ¿Y Georgia? – pregunté yo al no recibir respuesta alguna a mi primera pregunta –
- ¿Te importa? – preguntó – te dije que la había dejado – se acercó a mí y me tomó por la cintura –
- Danny, basta – dijo yo entre dientes, él ni se mosqueó –
- Tranquila, bonita, ya te dejo. Solamente quería saber cómo era la tela del vestido – se excusó mientras bajaba sus manos por mis piernas, hasta rozar un poco de mi piel. Me estremecí ante su contacto y él rió – hay cosas que nunca cambian, muñeca – lanzó otra risita autosuficiente y se retiró –
Me quedé allí parada, con la mirada en la nada y una expresión facial frustrada. Acomodé mi vestido y sin querer rocé la zona que Danny había tocado. Volví a estremecerme. ¿Cómo era posible que tuviera semejante impacto en mí? Es decir, no debería sentir el corazón acelerado cada vez que lo tenía cerca y menos que menos debería sentir ganas de… besarlo cada vez que me tocaba. Debería odiarlo, repudiarlo, pero no, esa personalidad altanera que siempre tuvo me hacía caer más a sus pies.
- ¡Hola! – me dijo alegremente Giovanna - ¿Cómo estás? – preguntó –
- Bien, muy bien ¿Y tú? ¡Hermoso vestido! – exclamé, y era cierto. Llevaba un vestido negro, clásico, pero a ella le quedaba bárbaro –
- Oh, gracias, tu estas preciosa – contestó mi halago con otro, y la charla inició, aunque debía admitir que en lo único en lo que pensaba era en que quería que Daniel Jones se deshiciera de mi vestido, de mis zapatos, de mis pantimedias, de todo, pero con sus dientes, si era posible –

19 de octubre de 2011

Capítulo 23


Wow, hace siglos que no estoy en este lugar – le dije – En cierto punto, lo extraño.
Yo no lo extrañaría si me fuera  - me dijo, e hizo una seña para que entrara al lugar. Me saqué el abrigo y lo dejé sobre el sillón, Harry se acercó y me abrazó por detrás, dejó un par de besos en mi cuello.
Sos muy linda ¿sabías? – me susurró. Me di vuelta para quedar frente a frente, me mordí el labio –
Vos también sos lindo, Judd – me acerqué a su boca – … vos también – Besé sus labios con ternura, él fue lentamente guiándome hasta su cuarto, entre besos –
Deslizó mi remera hacia arriba y la dejó caer. Su lengua se abrió paso en mi boca y mis manos fueron directo hacia el cierre de su pantalón, hasta desabrocharlo. Él hizo lo mismo con los míos y comenzó a jugar con el elástico de mi ropa interior. Saqué su remera y el tironeó casi frenético de sus boxers para luego revolearlos por algún lugar del cuarto. Comencé a acariciar su cuerpo, realmente estaba disfrutando el momento. Nada ni nadie se iba a interponer en esto esta noche, nada salvo el celular, que sonaba sin parar en el living. Honestamente, a ninguno de los dos parecía importarnos.
Lancé un pequeño gemido y él sonrió con suficiencia. De repente, miles de imágenes vinieron a mi cabeza, los ojos azules de Danny mirando a los mios, sus manos acariciando mi espalda, mis piernas, su boca recorriendo cada centímetro de mi cuerpo, Danny diciendo que me quería, que iba a estar siempre conmigo…  ¿y si eso pasaba con Harry? ¿Si por lo único que quería estar conmigo era para esto? Sacudí mi cabeza. Hoy, particularmente hoy, en este momento, no estaba para pensar en lo que iba a pasar después.

Fui abriendo lentamente los ojos hasta adecuarme a la luz, extendí mi brazo hacia el costado esperando encontrarme con Harry, pero no fue así. Me levanté e intenté estirarme, todo mi cuerpo me dolía, pero no me quejaba. Dejé salir una sonrisa.
Me puse mis pantalones y le robé una remera a Harry. Tiré todo mi cabello hacia abajo y con una colita me até el pelo. Cuando levanté la cabeza, Harry estaba allí.
¿Cómo dormiste, Cami? – me pregunto y besó mis labios –
A la perfección, puedo asegurarte – le dije con una sonrisa en la boca –
Yo también  dormí bien. Más que bien – se corrigió después –
Te quiero demasiado Harry – le dije en un susurro, mientras lo abrazaba –
Y yo te amo – me respondió el, a lo que yo respondí abrazándolo más fuerte –

Capítulo 22


Dios mío, Judd – reí –
Me cambié rápidamente  y abrí la puerta.  Él estaba ahí, esperándome con una sonrisa en su rostro.
Buenas noches – me dijo, e hizo una reverencia. Yo solo reí y lo besé como respuesta –
Hola – le dije – ¿Entonces… cuál es el plan? ¿Vamos a volver a quedarnos dormidos bajo un árbol? – pregunté recordando aquella vez –
Puede ser – contestó el rascando su barbilla – o quizás podemos simplemente caminar.
Acepto – le contesté, y tomé su mano, emprendiendo el viaje –
Alrededor nuestro todo estaba silencioso,  solo el ruido del viento revoloteando cerca de las hojas de los árboles. Cada tanto, yo miraba hacia el costado y lo descubría observándome,  era gracioso ver que actuábamos como niños de jardín enamorados.  De repente, él abrió su boca para acabar con el silencio.
Quiero saber más cosas de vos. Me di cuenta de que no se casi nada – comentó con el ceño fruncido. Yo por mi parte comencé a pensar que decirle –
Em… ¿me gusta el color celeste y los días de invierno? – pregunté dejando en claro que no sabía que decirle –
¡No! – exclamó él – eso ya lo sé. Yo quiero… no se… detalles de tu vida antes de que yo apareciera.
Ok, señor chismoso, voy a decirte. Antes de que aparecieras en mi vida yo era… un hombre – el comenzó a balancear su cabeza de un lado al otro –
Lo sabía, algún defecto extraño tenías que tener, porque a mí me habían dicho que las personas perfectas no existían.  – Lancé una pequeña carcajada y le di un sutil golpecito en el brazo, él sonrió – bueno, entonces, contame, y esta vez en serio, eh. – me amenazó –
Es demasiado larga mi vida como para contártela – me excusé, él subió ambas cejas, soltó mi mano y se cruzó de brazos deteniendo la marcha –
Tengo todo el día, mirá vos que justo –
Bueno – suspiré – Antes de venir a Londres, yo vivía en Argentina, en Buenos Aires. Decidí venirme acá porque… bueno, el por qué no importa, simplemente decidí venir acá y fin, punto.  – dije rápidamente –
Basta, en serio. Quiero que me cuentes cosas, si no… se las preguntaré a Danny – cuando pronunció ese nombre mi cara cambió radicalmente – mentira, mentira – me aclaró – era una broma nada más, calma –
A mí no me dio risa – dije con tono serio – ¿Querés saber qué pasó? En realidad yo me vine con toda mi familia a Inglaterra. Estábamos viviendo en Holmes Chapel, y después de unos meses de vivir ahí conocí a Danny  - Harry asentía escuchando la historia – Bueno… cuando yo lo conocí a mi papá no le caía muy bien… él decía que jamás iba a llegar muy lejos con la banda y bueno… después me llegó una carta, me iban a dar la chance de actuar en una obra de teatro estadounidense pero yo dije que no – su expresión se volvió sorpresiva – por Danny.  Y bueno… por esa razón mi papá me hecho de casa, bah, en realidad me dijo que me fuera a vivir con Danny de una vez por todas, ya que yo solía pasar todo el día con él.
No entiendo…  ¿y por eso te echó? – preguntó confundido –
Lo que pasa es que… yo ya ni estaba en casa, y no quería hacer nunca nada cuando estaba, entonces mi papá estaba harto. Además nunca nos llevamos bien. Después Danny me engañó – mi voz se quebró en ese momento. Harry torció su boca – con mi mejor amiga, Georgia.
Eso explica que se hayan agarrado de los pelos el otro día – comentó entendiendo todo – que asco de persona.
Sí pero… pero no importa. No quiero que te pelees con él por mí ¿queda claro? – pregunté –
Clarísimo –
Le seguí contando la historia sobre cómo yo me había hecho amiga de Liz y también sobre cómo había terminado en mi departamento, y de apoco se fue haciendo tarde. Optamos por ir al departamento de Harry, así no molestaríamos a Liz con nuestras risas y demás, así que volví después de mucho tiempo al edificio.

20 de septiembre de 2011

Capítulo 21

Lo acompañé a su casa, para hablar más tranquilamente. Abrió la puerta y con un gesto me indicó que entrara. Tomé asiento en un sillón.
Ahora… lo que no entiendo es por qué no me dijiste que era tu ex –me dijo–
Simplemente no quise que las cosas fueran raras o diferentes cuando él estuviera cerca, simplemente quise evitarme eso – le dije, el desaprobó con la cabeza –
De todos modos, sigo sin entender. Además ¿nosotros que somos? Nada, un par de personas. A mi no me gusta así, a mí me gustan las ‘etiquetas’ – remarcó la última palabra –
¿Es esto acaso una proposición? – pregunté. ¿Acaso quería que fuera la novia? Yo pensé que no era de ese tipo de personas.  Harry revoleó los ojos, a un lado, luego al otro –
Pensé que era obvio – contestó. ¿Quieres saber la verdad, Harry? Bueno, no. No era obvio. –
¿Entonces…? – Ok, de una pelea habíamos pasado a que me pidiera ser la novia en un maldito abrir y cerrar de ojos – entonces… somos…
Novios, sí. Decí la maldita palabra. – me dijo, y carcajeó. Novios, le dije, y sonrió con autosuficiencia –
¿Cómo pasamos de una pelea a esto? – pregunté y él levanto los hombros.  Eramos bastante cambiantes, tal como el clima. –
¿Honestamente? No tengo idea. – ambos reímos – Quizas estoy buscando una manera de decirte que no me importa que hayas salido con Danny, cuando en realidad me revuelve las tripas, y ahora cuando lo vea le voy a sentir un odio eterno y me voy a ir de la banda para no estar con él –
¿QUÉ? – exclamé. Él comenzó a descongojarse de la risa. –
¡Era una broma, pero qué dramática! – Yo lo miré con los ojos achinados, en señal de ira. Mark
solamente torció una sonrisa y se acercó a mí –
En serio, no me importa que hayas salido con él. Nada me va a impedir estar con vos. Estoy feliz, nada me va a tirar abajo ¿Escuchaste? – mordí mi labio inferior y lo besé. Coloqué mis brazos en su cuello y él dio una vuelta, haciéndome girar. –

Decidí volver a mi casa, para descansar, pero en realidad, no dormí nada. Entonces me decidí a escuchar música. Dear María, Count Me In, de All Time Low, estaba sonando en mis auriculares, cuando un mensaje interrumpió mi paz.
 Mensaje nuevo -> Leer.  ¿Estas dormida? En caso de que te haya despertado estoy dispuesto a recibir insultos como respuesta. Harry.
Responder -> No, no estaba dormida. De todos modos no te hubiera insultado. ¿Qué haces despierto? Enviar.
Mensaje nuevo -> Leer. Me quedé viendo una película y ahora ya no puedo dormir. Tomé café, demasiada energía. Te tengo un juego.
Responder ->  ¿Un juego? Sí, quiero.  Enviar.
Mensaje nuevo -> Leer. Es una adivinanza. ¿Qué es cuadrado y tiene cortinas?
Responder -> ¿Una ventana acaso? Enviar.
Mensaje nuevo -> Leer. ¿Por qué no te asomas a ella, entonces?
Asomé mi cabeza por la ventana de mi cuarto.
Dios mío, Judd – reí –

31 de agosto de 2011

Capítulo 20


No puedo más, no puedo más –me repetía a mí misma sentada en aquel banco de plaza – no puedo seguir así, este mes he llorado más que en toda mi vida – sentí una mano que apartaba el cabello de mi cara y lentamente sacaba mis manos de mi rostro. Sus ojos azules se posaron en mí, expectantes. Yo solo tragué saliva –
Voy a cortar con ella, no la soporto – Danny movió la cabeza en un gesto de desapruebo. Se encontraba en cuclillas frente a mí – Lamento lo que hizo – se levantó –
¿Y qué esperas ahora Daniel? ¿Qué me pare frente a ti y te bese y se largue a llover, como en una novela de TV? Esto es la vida real – me había parado también, para quedar frente a él. –
No, no estoy esperando eso, simplemente estoy esperando que… - posó sus manos en mi cintura y me atrajo hacia él – te dejes llevar por lo que realmente quieres –
Tú no eres lo que realmente quiero, al menos no ahora – frunció el ceño, no esperaba esa respuesta. Sus brazos me soltaron un poco, pero no del todo – Yo di todo por ti, cambié todo por una chance. –
¿Una chance? – preguntó –
Una chance de que cambiaras, pero como podemos ver, no has cambiado nada Jones. Sigues siendo el mismo cobarde y presumido que con un simple rose me vuelve loca – me alejé de Danny y comencé a caminar hacia mi casa –
¡Camila! – me gritó –No me podes dejar así. ¡Camila! – continué caminando –
Caminé unas cuadras y miré para atrás, no había rastros de Danny. Di dos pasos y me choqué con alguien.  Ambos pronunciamos el nombre del otro cuando nos vimos.
Dejame explicarte, por favor. – le dije, Harry solo miraba con una ceja levantada –
No hay mucho que explicar ¿verdad? Simplemente salías con él. Simplemente me mentiste cuando me dijiste que eran ‘’viejos amigos’’. Simplemente lo seguís queriendo ¿O me equivoco? – Jamás lo había escuchado hablarme en ese tono, nunca. Me miraba fríamente a los ojos, esperando una respuesta lógica, pero de mi boca no salían nada más que sonidos que demostraban que quería hablar pero, en verdad, no podía. –
Eso… no. Lo último, eso que dijiste, no.  - ¿No? ¿Estas segura de que no? – No puedo ni verlo. Juro que jamás se me hubiera ocurrido que iba a aparecer otra vez en mi vida. Es… rarísimo –
Tenemos que hablar en un lugar más tranquilo. – me dijo y comenzó caminar –
Lo único que te pido es que no me odies, que me entiendas – se formó un nudo en mi garganta que me prohibió continuar hablando –
¿Sabes que es lo peor? – negué con la cabeza – que ni siquiera puedo enojarme con vos.

16 de agosto de 2011

Capítulo 19

Unas manos tomaron mi cuerpo y comenzaron a sacudirlo, también a pellizcarlo.
¡Arriba dormilona! – gritó Liz, que intentaba despertarme –
¡Qué amable forma de despertarme Liz! Eres toda una dulzura – le dije irónicamente –
Oh, gracias. Me alagas. – Dijo Elizabeth sonriendo – Ah, sí, hay alguien esperando por ti en la cocina. – Y se fue antes de que pudiera preguntarle quién –
A un paso lento, casi como si estuviera muerta, caminé hasta la cocina. Me senté y dejé caer mi cabeza en la mesa, vaya si estaba cansada – ¿Quién estaba esperando por mí, Liz? Dile que se vaya, tengo sueño –
Oh, entonces si quieres me voy – escuché un a voz masculina detrás de mí. Inmediatamente me di vuelta y al verlo ahí parado sonreí –
Judd– sonreí – ¡Qué grata sorpresa! –
Sí bueno, yo también estoy sorprendido por tu remera de los Power Rangers – Observé que remera llevaba puesta y sí, definitivamente estaba usando mi remera de los Power Rangers. –
¡Bueno! Es solo mi pijama – me excusé. A los dos segundos pude sentir el rubor subiendo por mis mejillas –
No interesa, te queda linda. – Se acercó a saludarme, cosa que no había hecho. Se acercó a mi boca, miró a Liz que nos estaba observando atenta y me dio el beso en la mejilla –
¿Y bien, que haces aquí? – dije comiendo una tostada. – En serio no me esperaba verte en mi cocina –
Simplemente quiero que salgamos, es eso. Te extraño.  – dibujó una sonrisa de lado. Mi corazón comenzó acelerarse. –
Oh – pasé mi mano por mi nuca, avergonzada – Eres adorable.  Yo también te extrañé. –
Terminé de comer mi tostada y me dirigí al baño. Le dije a Harry que me esperara así saldríamos.
_
Abre la boca – me dijo, y tiró un pochoclo en mi cavidad bucal –
Ahora yo – le sonreí, y el abrió su boca lo más grande posible –
Estábamos sentados bajo un árbol, que nos propinaba sombra, y continuábamos dándonos de comer palomitas de maíz cuando el celular de Harry vibró en su pantalón.
Es Danny – me dijo, y yo emití un sonido de asco – atenderé – sacó el celular y la voz de Danny se escuchó del otro lado - ¿Sí? Tienes que venir ¿piensas estar con Camila todo el día? ¿Cómo sabes que estoy con Camila? No sé, lo supuse. De todos modos si estoy con ella – Harry dejó escapar una sonrisita de idiota, del otro lado solo hubo silencio – Excelente, de todos modos tienes que venir, ¿no recuerdas que tocamos hoy? Oh, lo había olvidado. Voy en camino, dile a los chicos.
Emprendimos un viaje silencioso, supongo que Danny había quitado mis ganas de hablar. Me preguntaba si Daniel siempre iba a interferir con mi vida. Por momentos, cuando lo recordaba, se me ponía la piel de gallina y sentía que lo extrañaba, pero siempre tiene que abrir la boca y arruinarlo.
Hola, sí. Mundo llamando a Camila, estamos aquí – Harry chasqueó los dedos frente a mí –
Lo siento – respondí – estaba… pensando.
Estuvimos algunas horas allí, ellos ensayando, o hablando de otras cosas, y yo mirando a un punto fijo en la pared. Compartí una breve charla con Giovanna, la prometida de Tom, y luego otra vez la mirada fija en un inexistente punto que capturaba toda mi atención, como si en él pudiera hallar una solución a mis problemas, mejor dicho, a mi problema, que tenía nombre y apellido.
Luego de media hora, los chicos nos avisaron que por fin saldrían a escena. Harry me dijo que Liz estaba afuera, él la había llamado.
Ella me dijo que quería verlos – le comenté –
Sí, por eso le avisé, además parecías bastante aburrida hoy – torció su boca –
No, para nada – mentí. Dougie apareció y le hizo una seña a Harry para que vaya. –
Ven, vamos –
Me llevó al costado del escenario, desde donde podía verlo todo. Giovanna hablaba ahora animadamente con una rubia que se me hacía familiar.
Suerte – le dije a Harry, y le di un beso en la boca. Nos separamos con un pequeño ruidito, él soltó una pequeña carcajada. Danny pasó al lado nuestro y le hizo un movimiento con la cabeza como para que fuera –
Una canción llamada All About You comenzó a sonar. Gio y yo aplaudíamos. Me contó que la canción era para ella y cuando iba a responderle alguien me dijo:
Tú – la rubia que me sonaba familiar abrió la boca – ¿Qué haces aquí?
¿Perdón, tú eres? – me di vuelta. Mis cejas se levantaron y mi corazón comenzó a latir rápidamente – Georgia.
¿Qué haces aquí? ¿Has venido a robarme a Danny? ¿Has venido por venganza acaso? – preguntó –
¿Venganza? ¿Acaso piensas que estas en una novela mexicana? Danny no me interesa, tú no me interesas.  No me interesas – remarqué eso último –
¿Entonces qué haces mandándole mensajes a MI NOVIO? – respondió mostrándome su teléfono, en realidad arrojándomelo –
Pregúntale a él por qué pide mi celular a otras personas.  – sonreí con aires de grandeza y ella entrecerró los ojos –
Suficiente – me dijo y tomó un mechón de cabello y lo tiró. –
No sé cómo, realmente, solo sé que ambas terminamos en el suelo tirándonos de los pelos. En realidad, ella me tiraba de los pelos, yo intentaba golpearla.
Los chicos dejaron de tocar al darse cuenta de lo que ocurría, y vinieron a separarnos.
¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ? – gritó Harry. Su mirada se dirigió hacia mí, pero mis ojos solo la miraban a ella –
¡ERAS MI AMIGA! – le grité – PENSÉ QUE NO ERAS CAPAZ DE HACER LO QUE HICISTE, PERO SIN EMBARGO MIRATE AHORA, PRETENDIENDO SER LA SRTA. JONES. TE ADVIERTO, GEORGIA, QUE LUEGO DE UN TIEMPO SE VA A CANSAR DE TI, TANTO COMO DE MÍ – Georgia se revolvía en los brazos de Danny que la sostenía para que no se abalance sobre mí. Las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos – Y tú Jones, siempre cambiando. Al parecer, no cambias más – me largué a correr. Harry miró a todos, frunció el ceño y salió a seguirme. –

2 de agosto de 2011

Capítulo 18

Y así, debido a mi soledad, puse música a todo volumen y comencé a ordenar mi cuarto con el ritmo.  El timbre sonó unas cuantas veces. La primera pensé que había sido la música, la segunda vez no quise abrir, pero cuanto tocaron por una tercera vez, bajé la escalera y con las llaves abrí.
¡Vete! – exclamé y cerré inmediatamente –
Vengo a dejarte algo nada más, pero quizás pase por debajo de la puerta.  – Danny metió un papel y antes de que terminara de pasar por completo lo tomé y corrí escaleras arriba. –
Abrí el sobre con lentitud y saqué el papel. Sentía como las lágrimas comenzaban a caer.
“He dejado todo por estar contigo, he rechazado ese viaje a Estados Unidos, he dejado todo, y sin embargo esta es la manera en la que me pagas. ¿Piensas que no he estado noches llorando por el viaje? ¿Qué no me ha importado tanto? Bueno, estas equivocado. Pero tú eres así, das amor y luego lo sacas. No pensé que me lo pedirías a mí también, pensé que me lo darías para siempre, mira que ilusa fui.
No me llames, no te tomes tu tiempo esperando que conteste porque no voy a hacerlo. No quiero saber nada de ti, de tu banda, de tu familia, nada que tenga que tenga que ver contigo va a tener que ver conmigo nunca más.
Voy a irme antes de que termines de arruinar mi vida. Espero que esa rubia tenga todas las cualidades que no encontraste en mí, y espero profundamente que puedas con esto y que seas más fuerte de que lo yo he sido.
Sé que es cobarde irme sin decir adiós, pero creo que tu persona no merece oír mi voz nunca más. No quería hacerlo, pero se ve que es lo que tengo que hacer.
Volví a casa llorando al ver esa escena. ¿Piensas que lo merecía? ¿Acaso te he hecho mal alguna vez? ¡No! ¿Entonces por qué la besaste? ¿Por qué? Probablemente hayas hecho más que besarla.
No es justo que tenga que irme ahora, cuando pensé que mi vida estaba formada. Pensé, imaginé, que iba a estar contigo para siempre, pero se ve que no, se ve que solo eran las ideas de una soñadora que ahora no tiene más que mierda en su estúpida vida. Ojalá pese en tu conciencia el agujero que acabas de formar en mi corazón.  ¿Consciencia? Já, no. Tú no tienes de eso, tontuelo.
Adiós, Jones. Esto ya no va más.”
El viaje – susurré – Dios mío… – continuaba hablando sola – No puedo creer que la haya guardado. Dios… era solo una niña. ¡Era solo una maldita niña y elegí a Jones en vez de cumplir mi puto sueño! – pateé almohadones, muebles, desarmé toda mi cama. Necesitaba descargarme. Mi teléfono sonó.
Mensaje nuevo -> Abrir  Creo que es necesario que hablemos de eso ¿no crees? Y por favor no me quites esta chance de preguntarte todo lo que quise que me aclares durante cuatro años.
¿De dónde sacaste mí celular? Enviar respuesta.
Mensaje nuevo -> Abrir Harry me lo dio.
Bueno, no vuelvas a preguntarle sobre mí a Harry nunca más. Enviar respuesta.
Lancé un suspiro al aire. Ya no tenía más ganas de hacer nada.

Capítulo 17

Promesa – me dijo y me ofreció su dedo meñique como para sellar el pacto –
En fin, cambiando de tema. Su banda suena bien en serio – le dije – me encantaría ir a verlos otra vez – le comenté honesta –
Bueno… supongo que estas cordialmente invitada a nuestra próxima función – me sonrió. –
Nuestras manos estaban agarradas, el me hacía caricias con el pulgar. Mi cabeza estaba en su pecho otra vez. Era como estar en una especie de cielo.
¿Cami, no sabes en donde está…? – la voz de Liz se fue apagando – Perdón, no quise interrumpir – se excusó con sorpresa en la cara –
¿No me viste entrar? – pregunté riendo –
¿Honestamente? No. – rió ella también – En fin, me voy, los dejo. –
Igual, Harry tiene que irse también – Harry me miró – ¿El ensayo? – pregunté yo y Harry abrió los ojos –
¡Dios, el ensayo! Bueno, me voy antes de que me maten. – me paré y lo acompañé hasta la puerta. Lo miré, iba a darle un beso en la mejilla pero me retracté en el camino y se lo di en los labios. Él sonrió y se fue camino a la casa de… Danny.
Subí las escaleras y Liz se me acercó.
Tengo que contarte algo – le dije y ella asintió – El otro día, que fui a verlos tocar… me encontré con… Danny. –
¿Danny? ¿Danny Jones? – preguntó ella levantando una ceja –
¡Y sí! – respondí yo – No sé qué voy a hacer ahora. Hoy discutimos. Tengo miedo de que Harry se entere y se le ocurra alejarse de mi… o también alejarse de Danny –
Y bueno, que se aleje de Danny – me dijo la rubia. Ella se movía para todos lados buscando algo - ¿No te convendría? –
Y pero… no. Ellos son amigos hace mucho se ve, solo que yo jamás los conocí. ¿Te imaginas si los hubiera conocido? Hubiera dejado a Danny antes de que se le fuera todo de las manos. – comencé a idealizar en mi cabeza los problemas que me hubiera traído conocer a Harry antes. –
¡Acá esta! – gritó Liz. Sacó de entre los almohadones del sillón un aro que hacía juego con el que tenía puesto – En fin, ahora, después de la ardua búsqueda, me voy. –
¿Te vas? – pregunté - ¿A dónde? ¡Liz, no me dejes sola, es domingo a la tarde!
Ya sé, ya sé, pero voy a ir a ver a mi mamá, hace como dos semanas que no la veo, Cami. Estoy segura de que vas a encontrar algo para hacer. – intentaba convencerme – Invitalo – levantó las cejas en un movimiento insinuante. Yo comencé a reír - ¿Qué, de que te reís? Lo digo porque así están solos – volvió a mover las cejas –
¡Elizabeth, no hace ni medio año que lo conozco! – le dije entre risas –
Sí, pero ganas no te faltan de quedarte sola con él – rió y antes de que yo pudiera decir algo díjo – no bueno, bueno, eso fue broma. Me tengo que ir Cam, no les abras la puerta a los desconocidos – me dijo de forma maternal. Tomó las llaves y salió –
Y así, debido a mi soledad, puse música a todo volumen y comencé a ordenar mi cuarto con el ritmo. 

31 de julio de 2011

Capítulo 16

Por favor, al leer poner a cargar este video y cuando vea la señal (♥) dar play.
Toqué el timbre de la casa y esperé a que me abrieran. Pude oír unos pasos que se acercaban y luego vi la manija girar.
 Ho… ¿Camila? – dijo Danny sorprendido por mi visita. –
Sí. Hola. – respondí bastante seria. - ¿Vas a hacerme pasar o me vas a dejar aquí afuera para que muera de frío? – le pregunté. Vaya que me alteraba con su presencia –
Em… no. Lo siento, pasa – me dijo.  Ingresé al hogar y comencé a observar. Varias cosas habían cambiado desde la última vez que había entrado –
Y… ¿qué te trae por aquí? – me preguntó. No tenía ganas de hablarle, pensé que lo había notado, pero insistente como siempre intentaba conseguir alguna respuesta  –
Harryme invitó. Me dijo que iban a ensayar y quise venir. Pensé que ya iban a estar aquí cuando llegara, pero por lo que veo, la puntualidad no es su fuerte.  – comenté –
No, no lo es – rió – De todos modos no nos hace mal estar solos, necesitamos hablar de… algunas cosas – dijo esa última frase mientras se acercaba hacia mí. Tragué saliva. Estaba nerviosa –
No hay razones para ponerte tensa, Camila, ya nos conocemos bien… muy bien, como para ponernos nerviosos ¿no crees? – “nos conocemos bien… muy bien” Arrggg, lo odiaba. Ahora me producía asco el sonido de su voz – Solo quiero que me digas una cosa. ¿Lo quieres? –
¿A quién? – pregunté. Estaba preguntando una idiotez, ciertamente, pero era solo por el hecho de que quería alargar el tiempo, no quería que ese momento llegara, no quería escuchar la pregunta que iba a hacer –
A Harry, tontuela – “tontuela” mi boca se torció en una sonrisa ni bien terminó de decir esa palabra, a los dos segundos la sonrisa de desvaneció – ¿Te acuerdas, no? ¿Recuerdas cuando te llamaba así? – colocó su mano en mi hombro y la deslizó suavemente hasta mi cuello, haciendo caricias y cosquillas por el lugar. –
Danny – mi boca se abría por primera vez después de su monólogo – ya basta.
¿Basta? ¿Basta por qué? Sabes que me quieres, Camila. ¿Por qué resistirse? - ¿Por qué resistirse? Todavía tenía la cara de preguntar por qué resistirse. – (♥)
¡Aléjate! – lo aparté de mí bruscamente - ¿No te parece suficiente lo que me has hecho? ¿No te parece suficiente lo que lloré, como para volver a llorarlo? ¡SI HUBIERA SABIDO QUE INVOLUCRARME CON HARRY ME HARÍA VERTE OTRA VEZ ME HUBIERA MUDADO DEL EDIFICIO AL DÍA SIGUIENTE! – Tomé mi cartera y a paso rápido me dirigí hacia la puerta –
¡No vas a irte, no antes de responder mi pregunta! ¿Lo quieres? – repitió – ¿Lo quieres?
Si tanto te importa saber de mí, sí. Lo quiero más de lo que tú piensas porque no creo que vaya a hacer lo que tú me hiciste a mí y a mi vida – le grité – Quiero que te quede una cosa en claro, Jones. No quiero que tus asquerosas manos me toquen una vez más. Aléjate de mí lo más posible y sólo dirígeme la palabra cuando los chicos estén presentes porque no te voy a permitir que arruines mi vida otra vez – terminé esta frase a centímetros de su cara. Con un movimiento brusco me tomó de la cintura y me besó. Mi mano fue a parar directo a su cara - ¿No vas a dejar de molestarme nunca no?
No, porque me encanta cuando te enojas – pronunció y en su cara se curvó una sonrisa – sin contar que extrañaba mucho esos labios. –  Inmediatamente me largué a llorar y corrí de la casa de Danny –
Corrí rápidamente hasta que mis zapatos comenzaron a molestarme, me los saque y comencé a caminar descalza. Una tormenta se desató sobre mi cabeza. Y ahí estaba yo, descalza, con los pies embarrados siendo observada por Harry que estaba por llegar a la casa del individuo. Me miró y se acercó rápido hacia mí.
¿Camila, que te pasa? ¿Camila? – me largué a llorar sobre su hombro. –
¿Te quiero sí? No importa lo que otros vayan a decirte, simplemente te quiero. –
¿Pero Camila, qué pasó? – yo lloriqueaba sin contestarle – Camila, para poder ayudarte tengo que saber qué pasa, necesito saberlo. –
Nada, no pasa nada. Nada, no intentes preguntar de nuevo porque no voy a decirte, solo necesito que me abraces y me lleves a casa. – le respondí. Realmente no iba a decirle que había pasado –
______
¿Estas mejor ahora? – me preguntó sentado junto a mí en mi cama. Yo me acurruqué en su pecho y él comenzó a hacerme caricias en el pelo –
Sí. Simplemente… no preguntes que fue lo que pasó.  Prométeme que no intentaras saberlo.  – me separé de él y lo miré a los ojos. Podía verme reflejada en ellos –
Promesa – me dijo y me ofreció su dedo meñique como para sellar el pacto –

30 de julio de 2011

Capítulo 15

Comencé a inspeccionar mi armario… ¿Jeans y remera? ¿Una pollera con calzas? ¿Un vestido? ¿Qué tal una bolsa en la cabeza? Iba a conocer a sus amigos, era importante.  
-          ¿Qué tal si no les caigo bien, Liz? – Elizabeth estaba conmigo, ayudándome a encontrar la ropa adecuada. La pobre ya debía tener el cerebro calcinado por todas las cosas que le estaba diciendo. Prácticamente casi ni respiraba al hablar –
-          Todo va a estar bien Cami. ¿Por qué crees que algo debería salir mal? Siempre tú y tu pesimismo. 
-          Es que… es que… es que… Imagina lo horrible que sería hacer el ridículo frente a alguno de ellos. – dije con espanto. Liz me miraba consternada –
-          Lo sé, me ha pasado varias veces. Sabes lo torpe que soy cuando estoy frente al chico que me gusta, pero sin embargo nadie ha cortado conmigo por eso, tienes que confiar. – sentenció, y con sus expresiones le dio fin a la conversación –
Las ocho en punto fueron marcadas en el reloj. Mi estómago comenzó a dar vueltas y vueltas. Había elegido una vestimenta normal. Tenía un pantalón negro de jean, y una remera gris con una estampa bonita. Mis borcegos, infaltables.  El timbre sonó y mi corazón comenzó  a acelerarse.
-          Liz, ve a abrir. – exclamé mientras me miraba al espejo. –
-          Estas hermosa ¿Por qué no le abres tú? –
-          Elizabeth, no molestes y ve a abrir. –
Los pasos de Liz en la escalera eran lo único que se escuchaba en la casa, eso y mis latidos, porque apuesto a que se podían oír hasta en la distancia. Entró a mi cuarto luego de unos minutos con una sonrisa en la casa, me guiñó el ojo y me señaló la puerta.
-          ¿Está ahí? – le pregunté, con horror. –
-          Aham – respondió. – Suerte – sus palabras no me hacían sentir más confiada, lo aseguro. Abrí la puerta y la figura que antes estaba sentada en una silla, se levantó. –
-          Wow. – fue lo primero que escuché decir cuando entré.  – Estas muy… linda. – dijo tímidamente,  yo por mi parte me puse más roja que un tomate. –
-          Bien, ¿Qué tal si nos vamos ya? – preguntó ansioso –
-          Ok, salgamos.
El camino fue algo silencioso, ninguno de los dos decía mucho. De todos modos no era incómodo, creo que nuestros ojos hablaban por nosotros mismos.
Llegamos al lugar, era lindo, como para unas 300 personas. Harry me llevó por un pasillo hasta que frenamos en una puerta y mi cara cambió radicalmente. Él lo notó.
-          ¿Pasa algo? – preguntó. Yo, casi ni podía responderle –
-          Nada… solamente estoy algo nerviosa, esto de conocer a tus amigos me hace sentir bajo presión – contesté –
-          Vamos, todo estará bien ¿Si? – le dio un empujoncito a la puerta y la abrió, tres personas charlaban animadamente. Dos sentados en un sillón, otro de espaldas mirando hacia una ventana. –
-          Miren quien llegó – dijo el rubio. Tenía los ojos marrones y un hoyuelo pronunciado. Harry lo saludó – Oh, ¿Y quién es esta señorita? – dijo refiriéndose a mí –
-          Em… soy Camila … em… amiga de Harry. – respondí nerviosa –
-          Así que tú eres la famosa Camila, un placer conocerte. Soy Tom – Lo saludé. Acto seguido otro muchacho se acercó a nosotros, era de estatura normal, también rubio y con ojos celestes. Me saludó y se presentó como “El sexy bajista” luego Tom dijo: “es solo Dougie”. Mientras todo esto ocurría, el chico que miraba hacia la ventana aún estaba mirando hacia allá, hasta que Tom lo llamó, entonces por primera vez lo vi, en realidad, no era la primera vez que lo veía. Ni la segunda, ni la tercera –
-          ¿Camila? – dijo él con una expresión incómoda en su rostro –
-          ¿Daniel? – respondí con mi mayor sorpresa, y con desagrado –
-          ¿Se conocen? – preguntó Harry, que no entendía nada de lo que estaba ocurriendo –
-          Sí, ella es mi e…  -
-          Amiga, éramos amigos en el colegio – respondí yo evitando que Danny dijera la palabra EX. –
-          ¡Qué coincidencia! – dijo Dougie. Luego la conversación tomó otro rumbo, pero yo estaba bastante distraía. Estábamos sentados, yo al lado de Harry, luego Tom. En frente Dougie y Danny. El brazo de Harry estaba en mi cintura, y cada tanto Danny miraba a ver si seguía allí. Cruzamos miradas varias veces, era incomodo, no puedo negarlo. Los ojos de Danny siempre me habían provocado un estremecimiento, eran demasiado profundos.  Un muchacho entró al cuarto –
-          Chicos, los llama el dueño. – comentó, y los chicos, incluyendo Harry, siguieron al hombre. –
-          Ahora los alcanzo – dijo Danny, y se quedó a mi lado observándome – No has cambiado nada. – comentó tomándome de la barbilla. Mi incomodidad estaba al límite. Empujé su mano y el prosiguió – Así que este ha sido tu siguiente paso… pensé que Harry no era de tu estilo. –
-          No, Jones, tú no fuiste de mi estilo.
-          ¿Entonces fui una excepción a la regla? – preguntó con una ceja levantada –
-          Sí, no suelo salir con idiotas.  – respondí fríamente –
-          ¡Oh! Puedo asegurarte que en eso si has cambiado, no solías responderme así – comentó - ¿Sabes? – Iba a continuar cuando Harry entró diciendo que ya tenían que salir a escena. El miró a Harry, luego a mí y dijo – ven, te llevo a tu lugar – Harry le dijo que él me llevaría y así se retiró del cuarto. –
-          Jamás imaginé que conocías a Danny – me dijo Harry –
-          Sí… yo jamás imaginé que iba a volver a verlo. – respondí con obviedad. –

Capítulo 14

Entré a la casa y me encontré con Liz. Tenía la mano en la cintura, movía el pié con frenesí y llevaba puesta una bata rosada, bien de señora.
-          ¿A dónde estabas, se puede saber? – preguntó como una madre. –
-          Me parece que tengo 21 años, no 12, eh. – contesté. Luego de unos segundos no soporté más y se lo conté todo, ella parecía más feliz que yo. –
-          ¿Por qué no te casas con este chico? – me contestó, en resumen. –
-          Já. ¿No te parece algo apresurado? – reímos juntas. Hoy sería definitivamente un buen día. El primer capítulo estaba escrito, ahora solo faltaba continuar. –

Harry’s POV.

Caminaba de un lado a otro con el celular en la mano, esperando respuesta. Estaba nervioso, agujerearía el piso si seguía caminando así.
El mensaje era claro: Hey, Camila. Me preguntaba si estarías interesada en venir hoy a vernos tocar con los chicos. Espera… ¿sabías que tengo una banda? No había mucha ciencia, era algo fácil de responder. No podía tomarle mucho tiempo. Pero ¿qué tal si no quiere y no quiere herirme contestando que no?
Me tiré en la cama, no había mucho más que hacer que esperar. El celular vibró en la mesa de luz. Lo sabía. Claro que quiero, Judd. Dime dónde y cuándo y estaré ahí. Oh, sí, otra cosa, te extraño. - ¡Sí! – exclamé solo. Definitivamente no estaba bien, comenzaba a hablarle a la nada.
Es hoy a la noche, puedo pasarte a buscar. Oh, sí, otra cosa, yo también te extraño. Enviar.
Mensaje nuevo ->Abrir. Lo sabía, siempre lo haces. Apuesto a que ocupo tu cabeza todo el tiempo.
Mensaje nuevo -> Abrir. Eso fue broma, por si no lo notaste.
Bueno, tienes razón de todos modos. Enviar.
Mensaje nuevo ->Abrir.  ¿En serio? Wow, si no tienes nada mejor que hacer que pensar en mí, entonces estas en problemas. ¿Y qué estás pensando ahora mismo?
Que te amo… Borrar, borrar. En que quiero que vengas a vernos, solo eso. ¿Tú? Enviar.
Mensaje nuevo -> Abrir. En nada específico.
Mentira, quiero saber. Enviar.
Mensaje nuevo -> Abrir. Pensaba en que… en que me gustas y en que quiero verte. ¿Feliz?
Más que feliz ;) Enviar.
Nuevo mensaje -> Abrir.  No sé qué ponerme. ¿Elegante o normal?
Hasta de indigente te quedaría bien, así que ve vestida como quieras. Enviar.
Nuevo mensaje -> Abrir. Me sonrojo, y ni siquiera estas diciéndomelo cara a cara.
Es mi poder con las mujeres. Enviar.
Nuevo mensaje -> Abrir. Ya tenías que arruinarlo. De todos modos tengo cosas que hacer, así que deja de hacerme gastar crédito. Te espero en mi casa a las 8 ¿Ok?
Sin falta. Enviar.

Camila’s POV.

Genial, teníamos una especie de cita, debería sentirme feliz, pero me siento nerviosa como la mierda. 

Capítulo 13

Camila’s POV.

Desperté extraña, e incómoda. Abrí los ojos y la luz me cegó por un momento, luego pude ver con claridad. 
-          Harry – susurré. –
-          Mhmmm – fue su respuesta –
-          Harry, levántate. – repetí –
-          Mhmmm – me repitió el, más fuerte –
-          JUDD. – grité, y el susodicho despertó. –
-          ¿Qué es lo que pasa? No quiero ir al colegio hoy, mamá. – respondió. Mi carcajada, que fue bastante alta, lo despertó de su sueño. – ¿Eh, qué, en dónde estoy? – Sus expresiones de perdido me hicieron notar que en verdad no tenía idea de donde estaba, yo simplemente reí –
-          Creo que nos quedamos dormidos – bostecé. –
-          Sí, eso veo. – se desperezó, estirando sus brazos y se pudo escuchar un ‘crack’ en su espalda – Genial, esto me va a doler mucho. – dijo. Luego de estar un segundo en silencio, tratando de amoldarse a la situación y tratando de acostumbrarse a la luz, me miró. –
-          ¿Cómo dormiste, bonita? –
-          Bien, feliz, enamorada.  ¿Honestamente? – pregunté. El asintió con la cabeza – No sé. Ni siquiera recuerdo cuando fue que me quedé dormida. –
-          Yo tampoco lo recuerdo… ¿Y si esto es un sueño y en realidad cada uno está en su casa? – Lo miré con una expresión de… ¿De cuáles consumís? Él sonrió. –
Nos paramos y, hay que admitirlo, ninguno se sentía bien. Mi cabeza parecía pesar mucho más de lo normal y me dolían cada uno de mis huesos, pero estaba segura de que valía la pena.
Caminamos unas cuadras, en las cuales estuve rompiéndome la cabeza pensando si agarrarlo de la mano o no. Es decir, yo quería, pero no era nada mío. Me reí, parecía una quinceañera enamorada. Al parecer, la risa salió en voz alta, ya que me preguntó de qué me reía.
-          Nada, solo mis pensamientos. – contesté. No preguntes en que pensabas, no preguntes en que pensabas
-          ¿En qué pensabas? – Maldición. Suspiré. –
-          Pensaba en agarrarte de la mano, y me dio risa el hecho de que parezco una quinceañera después de su primer beso. –
-          Qué honesta. – respondió. Hicimos media cuadra y me tomó de la mano. Por dentro, yo cantaba victoria. –
Llegamos a mi casa y me despedí con un beso en la mejilla. Puse la llave en la puerta y Harry me llamó, cuando me di vuelta me robó un beso.
-          Lo siento, pero probablemente esto no vuelva a pasar, así que necesito sacar provecho de la situación. –  Yo simplemente reí. –
-          Tranquilo, volverá a pasar. – le dije cuando se alejaba. Él se volteó.
-          Adiós, De Gracia.
-          Chau, Judd.

Capítulo 12

Harry’s POV.

-          No esperaba eso – contesté sincero. – En fin… ¿Está usted interesada, muchachita, en saber que hago por aquí a estas altas horas de la noche?
-          Me encantaría saberlo, caballero. –
-          Te extrañaba. En realidad… no es mucha historia, simplemente me aburría, no puedo dormir y decidí ver si estabas despierta. –
-          Estás en tu día de suerte, yo también estaba aburrida, tampoco puedo dormir. – comenzamos a caminar en una dirección que no conocía, simplemente nos dejamos llevar por nuestros pies. Terminamos en una especie de parque, lleno de árboles. Algo tenebroso, pero era lindo. Por suerte este no era un barrio peligroso, si no nuestros celulares y dinero se hubieran despedido de nosotros desde hace unas cuantas cuadras –
-          Suerte la mía. – contesté, y me senté en el pasto, ella se sentó al lado mío y apoyó la cabeza sobre mi hombro. –  Me gusta ver las estrellas por la noche. –  Me recosté sobre el árbol que estaba detrás de nosotros –
-          A mí también. – susurró en mi oído –
-          ¿Sabes qué otra cosa me gusta? – ella movió su cabeza respondiendo que no – Vos. –
-          ¿Yo que? – Antes de que pudiera decir otra palabra, mis labios se posaron sobre los suyos. Es raro de decir, pero es la verdad, estuve esperando a hacer esto desde el primer día que la vi, y no podía quedarme con las ganas para siempre.  Y cuando pensé que me abofetearía por ser un maldito maníaco, correspondió al beso. Me tomó por la nuca y yo acaricié su cabello. Me sentía feliz como pocas veces. Nos separamos por algo de aire, ella me dio un pequeño beso, corto, y recostó su cabeza sobre mis piernas. –
-          ¿Por qué no lo dijiste antes? – dijo rompiendo el pequeño, pero cómodo, silencio que se había formado entre nosotros. –
-          No lo sé… creí que nunca lo haría. Aunque también creo que mi subconsciente me trajo aquí para poder decírtelo de la forma más linda que puedo. –